LAS MODELOS "CURVIES" CONTRAATACAN
OPINIÓN, Junio 2020Elisa D'Ospina
Modelos muy delgadas
La mediática y tremenda actualidad del Covid-19 ha mantenido algo escondida una polémica que cuando llega el tiempo de las playas y el aire libre adquiere un gran protagonismo y es motivo de preocupación y de buscar soluciones a veces poco saludables: las tallas, y con ellas el tema del peso ideal. Se trata de posturas, no solo estéticas, sino que alcanzan también al estilo de vida y a los hábitos alimentarios. Por un lado está la extrema delgadez que puede aliarse con la anorexia, y por otro la ofensiva del movimiento “Body positive” que se centra en las modelos “curvies” que buscan una respuesta de la sociedad.
La última Semana de la Moda de Milán encendió todas las alarmas sobre los riesgos de la delgadez extrema de algunas modelos en pasarela con apariencia anoréxica, que fue criticado duramente por varios sectores de la moda. Para justificar sus críticas tenían el ejemplo palpable de la esquelética modelo Allison que desfiló para Gucci y dio paso a algunas iniciativas como el grito de alarma de la famosa modelo curvy italiana Elisa D'Ospina que ha luchado, desde hace años, con el tema de las tallas y la delgadez que no se da solamente en Italia sino en las mismísimas colecciones de Paris.
La top Elisa D´Ospina ha pasado a la acción con dos iniciativas importantes: una campaña en la web Change.org que incluye una petición a la “Cámara de la Moda” para que nunca más se vean estos desafueros en las pasarelas y una petición de firmas contra las tallas inadmisibles, que está alcanzando miles de adhesiones. También ha acudido al indudable gancho de las redes sociales.
Esta activísima modelo defiende apasionadamente que seguir mostrando este tipo de siluetas es aberrante y se pregunta: “¿Es ésta la representación humana que queremos? ¿Este es el mensaje del sistema moda?”. Hace además especial hincapié en que constituyen un pésimo ejemplo para la gente joven. Es evidente que este modelo estético de delgadez, firme aliado de la talla 34, ha sido identificado por muchas adolescentes como el más apropiado para obtener un reconocimiento social, escalar ciertos puestos de trabajo y el éxito personal aun a costa de la salud. Los expertos nutricionales señalan que un 75% de las adolescentes españolas no están conformes con su cuerpo y un 24% se apuntan a dietas drásticas y hasta incontroladas.
Anorexia en la pasarela
Enrique Rojas
La curvy Tara Lynn
LAS MODELOS "CURVIES" CONTRAATACAN
Nos encontramos, como siempre ocurre, con la otra cara de la moneda: la que intenta penetrar en la industria de la moda con la corriente de opinión “Body positive”, favorable a promocionar las modelos que, con su imagen, aumenten la difusión de las tallas que atraviesan el umbral de la 42 o al menos para que las mujeres “normales” encuentren su puesto en el mundo de la moda. La apuesta se basa en fomentar la “diversidad” y pasar de la dictadura de las tallas estereotipadas. Muchas de estas modelos apoyan el movimiento “Belleza libre” que intenta que las mujeres se sientan felices con su cuerpo.
Algunas modelos curvies han triunfado en la semana de la Moda de Nueva York y han protagonizado incluso portadas de revistas importantes. Suenan ya algunos nombres que están penetrando en el terreno de la popularidad como Tara Lynn con tallas que superan a la 44 que triunfó en la primera pasarela curvie española y otras como Ashley Graham y Lena Dunham que han conseguido también un puesto en las pasarelas curvies (un nombre que por cierto parece no gustar mucho a las interesadas).
Todo esto forma parte de la corriente “Body positive” que a pesar de los avances en el mercado tiene un largo camino que recorrer y que ha iniciado un fuerte contraataque. Las modelos de tallas superiores encuentran muy difícil su contratación, al público le cuesta su aceptación y la realidad es que los diseñadores tienen una especial querencia por las modelos súper delgadas.
Lagerfeld y una modelo
Un comentario del fallecido diseñador Karl Lagerfeld puede ser un ejemplo: “Las que critican a las modelos huesudas y muy delgadas -dijo- son las típicas madres gordas que se sientan en el sofá todo el día comiendo patatas fritas”. Lagerfeld opinaba que “las mujeres con curvas debían estar fuera de las pasarelas” aunque esta opinión no es compartida por todos.
Es verdad que han surgido leyes y asociaciones reguladoras de las tallas y de los excesos pero el problema de la llamada “diversidad” está en un cambio de mentalidad en el sector y también de los consumidores que parte de una educación familiar temprana, no solo en España sino a nivel internacional. Las autoridades sanitarias de los distintos países se han esforzado por convencer a los jóvenes de que sigan unas pautas racionales en la alimentación y a los padres para que ejerzan una educación adecuada, especialmente en la etapa en la que se forman los valores insistiendo en que “lo normal no es lo que se ve en las pasarelas”, y también intentar que su alimentación sea correcta y su dieta equilibrada.
También hay una cuestión que nos atañe a todos: promover la idea de que es muy conveniente cuidar la imagen personal sin caer en exageraciones. Convencernos de que nuestro aspecto externo es importante pero no lo es tanto como la inteligencia, la fuerza de voluntad, la sobriedad y la cultura de una persona.
Recuerdo una estupenda conferencia del psiquiatra Enrique Rojas sobre el tema de los desórdenes alimentarios y su relación con la moda que aludía a la importancia de la educación en valores y lo centraba en este tema: “Educar –decía- es cautivar por procedimientos positivos, es conseguir que alguien sea capaz de ir contracorriente y que no le importe ir contra las modas si eso significa construir una personalidad bien edificada. Es liberar de presiones y seducciones inmediatas. Educar es, en definitiva, preparar para vivir una historia personal de la mejor manera posible, enseñar a gestionar bien la propia travesía”.