ARMANI: ÉRASE UNA VEZ UN BOSQUE

Giorgio Armani es uno de los clásicos de la Semana de la Moda de Milán. Su elegante colección pret-a-porter, con un colorido otoñal y boscoso indiscutible, resplandecía en tonos grises, verdes y negro. Sobriedad pero con detalles fulgurantes de buen gusto en sus chaquetas desestructuradas, vestidos fourreau y pantalones anchos y sueltos.

Lo que más destaca es su armoniosa mezcla de tonos en un mismo outfit: faldas gris topo bajo chaquetas o abrigos tres cuartos en marengo, vestidos verde lima con blusas verde hoja, y en degradés… Y además, gris perla, gris carbón, con un mix de tejidos muy trabajados: lanas con sedas, organzas con cachemir, piel con gasas, terciopelo y con tejidos tecnológicos, y sobre todo, prendas de franela, cálida y dúctil. 

Las prendas y líneas son discretas y actuales. Los abrigos y cazadoras, anchos y rectos y las chaquetas, marca de la casa, entalladas y asimétricas con bajos estilo chaleco masculino y sin solapas. Pantalones anchos, casi globo, con mucha caída y con pinzas en el talle, y otros rectos al tobillo. Las faldas, justo por encima de la rodilla, son amplias y ligeras, generalmente de seda de doble capa alternando el verde y el gris, con ligeros frunces en la cintura y a veces plisadas. Blusas y tops de raso con jerséis negros calados tipo red superpuestos. Vestidos negros combinando, de punto y línea fluida, con adornos en verde. 

Para cóctel y noche, conjuntos de tops y pantalones pijama en seda y raso cuajados de lentejuelas y cristales del mismo tono. Vestidos rectos y fourreau que combina los tonos de la colección profusamente bordados en cristal y canutillos. Escotes corazón, palabra de honor y con un solo hombro. 

Los complementos acompañan repletos de bolsos-maletín, carteras de pitón, zapatos y botines de ante en verde, negro y gris. Capas con detalles de crinolina bordadas en azabache, bordados en enrejado para cuerpos y faldas.