EL ÚLTIMO REGALO DE LAGERFELD
COLECCIONES, Marzo 2019El último desfile en el que intervino Lagerfeld fue el de la propuesta de Chanel para el próximo otoño-invierno 2019-20, que convirtió el Grand Palais de París en una lujosa estación de esquí, de igual modo que su imaginación portentosa trajo una auténtica playa para presentar su colección prêt-à-porter primavera-verano 19. Y no fueron sus únicas aportaciones. El genial diseñador que además fue estilista, fotógrafo, escenógrafo y editor de moda, quiso que algunas de sus musas estuvieran presentes en el desfile, como la actriz española Penélope Cruz –imagen de la maison- o la modelo británica Cara Delevingne. Fue un verdadero regalo observar el poderío de diseño y puesta en escena desplegado en esta suntuosa colección.
Efectivamente, fue un desfile largo y emotivo, el más esperado, con casi 75 diseños mostrados con paso rápido sobre la nieve, tras el minuto de silencio inicial. ¿Pero qué mostró esta vez? El tweed Chanel de siempre convertido en cuadros y pata de gallo en blanco y negro, salpicado de azul o rojo, para trajes pantalón combinados con abrigos largos en diferentes cuadros pero llenos de armonía con adornos de cuentas grandes de perlas y cadenas.
La colección disfrutó de una gran variedad de prendas, tanto ajustadas como oversize. Conjuntos midi de faldas fruncidas de estilo esquimal con grecas y Jacquard también en blanco y negro con incorporación del color tostado y jerseys a juego. Algunos conjuntos destacaban por su original combinación de tejidos tweed en chaquetillas y faldas lápiz por las que asomaban pantalones en tonos sal y pimienta. Monos pantalón de pernera ancha combinados con abrigos de piel o de tweed largos hasta el suelo y cinturones anchos. Vestidos de falda larga evasé y cuerpo ajustado realizados en materiales técnicos.
EL ÚLTIMO REGALO DE LAGERFELD
Otra de las líneas maestras de la colección fueron los conjuntos inspirados en la nieve, enteramente en blanco, con plumíferos y prendas deportivas pero con el toque chic de Chanel, que para los looks de noche adquirían un tono plateado como la escarcha. Los conjuntos de fiesta pasaban por los tops y pantalones metalizados en gris y negro antracita con brillos de charol, conjuntos de gasa con volantitos ribeteados en blanco, así como vestidos cortos blancos de falda abullonada de piel de pelo de acabado espumoso y cuerpo ajustado bordado en pedrería como si fueran copos de nieve. Uno de ellos lo lució con una camelia en la mano Penélope Cruz.
El apartado del color fue espectacular. Conjuntos de chaqueta-cazadora y falda lápiz o pantalón en vivos colores: rosa fuerte, celeste, amapola, beige, malva… Vestidos ajustados de punto en rayas. Y en los complementos nada se dejaba al azar: destacaban los sombreros borsalino, el calzado invernal con polainas de borreguillo, botas de esquí y los bolsos estampados con cadenas.
Ahora le espera a su fiel colaboradora durante 30 años, Virginie Viard, el difícil cometido de ocupar el lugar de su jefe Lagerfeld, en el caso de que la Casa Chanel confirme su posición, cosa que es de esperar. En esta ocasión, como en la anterior colección de la playa, se asomó brevemente a recibir el saludo del público al finalizar la exhibición.