PIERRE CARDIN Y SUS DISEÑOS, EN EL CORAZÓN DE PARÍS

El arquitecto romano Giulio Carlo Argan lo repetía continuamente: el centro de la ciudad atrae como un imán a los ciudadanos. El modisto francés Pierre Cardin, de origen italiano, lo ha comprendido y ha llevado su Museo de la Moda desde el extrarradio parisino de Saint-Ouen fundado en 2006, al mismísimo barrio del Marais, no lejos de la catedral de Nôtre Dame.

La inspiración de sus modelos van desde el tiovivo a las casullas eclesiásticas, y a los astronautas o un jarrón chino. El diseñador asegura que la dinámica de su pensamiento con el exterior es lo que acaba conformando la creatividad de la moda, a la que él califica como algo propio de jóvenes y que él se siente joven. 

El museo, trasladado del suburbio a una antigua y céntrica fábrica de corbatas remozada, cuenta con mil metros cuadrados de superficie para exponer sus 200 modelos que resumen su legado como creador y diseñador artístico de moda. Pierre Cardin (San Biagio di Callalta, Italia, 1922), quien asegura que “la elegancia es sobre todo cuestión de sensibilidad”, y la moda, una conjunción de “artesanía, arte, creatividad y belleza”, lleva más de 60 años en este mundo de la moda que es también negocio y que le ha permitido adquirir diversos palacios como el Sade en Lacoste (Francia), o el de Casanova en Venecia. 

Moda espacial y futurista 

De gusto exquisito y exigente, Pierre Cardin optó por la moda espacial, futurista y geométrica en los 60, después de haber trabajado para Elsa Schiaparelli y Christian Dior tras la segunda guerra mundial. Ha buscado la forma más allá de la figura y la silueta de la mujer, por eso acudía a la geometría y la arquitectura de los trajes, no en balde estudió algunos cursos de Arquitectura. Algunos críticos le han reprochado que su moda no era práctica. 

En 1950, Pierre Cardin creó su propia casa con firma de costura y, tres años más tarde, presentó su primera colección de alta costura. En 1954 creó el célebre y polémico “vestido burbuja”, no en balde su taller estaba en la “casa de las burbujas”. Su primer diseño de prêt-à-porter para los almacenes Printemps en 1959 le valió su expulsión de la Cámara Sindical, pero su visión era imparable. 

Japón era un objetivo de la moda y él lo conquistó. Cardin diseñó uniformes de azafatas aéreas para Paquistán y simplificó trajes regionales en Filipinas en un “rediseño” más razonable de materiales y costo, al alcance de más gente. 

Su creatividad y su campo no tenía límites. Su ambición en los negocios no se quedó en la moda, amplió sus horizontes con los perfumes, la restauración y la cadenas hoteleras. Adquirió el afamado restaurante parisino Maxim y pronto lo extendió a Nueva York, Londres y Pekín. 

A sus 92 años, Pierre Cardin todavía conserva energía. Un hombre que se hizo a sí mismo, desde los 14 años en Francia. Un creador que fundó una firma de prestigio en la alta costura y el prêt-à-porter.