BALENCIAGA Y LA PINTURA ESPAÑOLA
CULTURA, Julio 2019Modelo inspirado en Madrazo
Sobre una pintura de Zuloaga
El asunto del gran Diseño, la Moda y la Alta Costura, como una de las Bellas Artes siempre está en entredicho, por eso unirla a la gran Pintura crea con frecuencia desconfianza o reticencias en muchos museos y coleccionistas prestadores. Pero esta exposición de “Balenciaga y la Pintura Española” en el Museo Thyssen Bornemisza pone de manifiesto cómo un modisto fue capaz de crear con tejidos unas piezas que bien merecen el calificativo de obras de arte y se sostienen ante los cuadros en los que bien pudo haberse inspirado, dado su continuo interés por ella en sus visitas a los museos y al palacio de los marqueses de Casa Torres en su Guetaria natal.
“La moda es la cara visible del arte”, dice Manuela Mena, ante cierta pintura donde la representación del traje es ciertamente relevante. Un total de 90 piezas de indumentaria y 55 cuadros muestran a Cristóbal Balenciaga (Guetaria, Guipúzcoa, 1895 – Javea, Alicante, 1972), un creador que elevó la moda a cotas artísticas que nadie llegó. “Con los tejidos nosotros hacemos lo que podemos, Balenciaga hace lo que quiere”, decía de él Christian Dior.
Balenciaga supo crear la silueta sacra, la baby doll, la silueta pavo real... lo que quisiera. Era un modisto que dialogaba con los creadores de tejidos y con las formas hasta el infinito. Balenciaga el deseado, lo denominó Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen Bornemisza, donde tiene lugar la exposición "Balenciaga y la Pintura Española", que se prolongará hasta el 22 de septiembre próximo. Balenciaga personaje admirado e inspirador, lo describe Eloy Martínez de la Pera, comisario de la muestra.
El modisto de Guetaria, que viajó a París en 1936, después de haber trabajado para la familia de los marqueses de Casa Torres (abuelos de la que fuera reina Fabiola de Bélgica) en su localidad natal, quiso inspirarse en la pintura española y lo hizo en los cuadros de El Greco, Velázquez, Murillo, Carreño de Miranda, Zurbarán, Goya, Madrazo o Zuloaga... De todos esos pintores citados, el modisto Balenciaga supo extraer, recrear y reinterpretar, no solo el color, sino los volúmenes y las formas de sus imágenes.
Inspirado en un retrato de Eugenia de Montijo
Sobre una pintura de Zurbarán
Exposición en el Thyssen
BALENCIAGA Y LA PINTURA ESPAÑOLA
Los modelos textiles se distribuyen en los 750 metros cuadrados del espacio del Thyssen en las siguientes salas rotuladas con los apartados: Balenciaga y el arte, El Greco, Pintura española de Corte: el negro; Pintura española de Corte: el bodegón; Pintura española de Corte: el bordado; Francisco de Zurbarán, Francisco de Goya, y los siglos XIX y XX.
Los trajes de Balenciaga vienen de colecciones públicas y privadas, entre ellas el Museo Balenciaga de Guetaria, el Museo del Traje de Madrid, el Museo del Diseño de Barcelona... y los cuadros de grandes pinacotecas, entre las que lógicamente se encuentra el Museo del Prado.
Inspirado en Goya
En suma, la exposición "Balenciaga y la Pintura Española" es una manifestación y explosión de belleza en dos artes: la Pintura y la Moda. Esta última bien pudiera ser el Décimo Arte, después de la Fotografía y el Cómic, que se han adjudicado el octavo y el noveno puesto en el juego de los números. Porque la moda es arte cuando plasma, como en el caso de Balenciaga, la excelencia.
Fotos: Noïs y Peter Wall