LA ALTA COSTURA MÁS EXTRAÑA DE TODA SU HISTORIA

No creo que sea exageración definir las últimas colecciones de Alta Costura como las más extrañas de toda su historia. El deslumbrante mundo de los desfiles se ha trasladado este año a la forma digital con ausencia de público y sin sus ingredientes básicos. Todo su potencial de fantasía, ensueño y “savoir faire” se ha puesto en entredicho y la reacción de los diseñadores ha sido la de lanzar un potente “¡aquí estoy yo!”. Y lo ha hecho potenciando sus diseños y brindándonos unos modelos que intentan por todos los medios no pasar desapercibidos en colores, siluetas y tejidos, luchando contra el intento de aniquilamiento al que la Alta Costura se ha visto sometida por obra y gracia del Covid-19.

En el mes de abril la Federation de la Haute Couture anunció que la próxima edición de julio iba a ser cancelada, pero surgió a continuación una potente reacción que se oponía a retirarla del calendario de la moda. Las declaraciones del presidente Ralph Toledano nos resumen el giro radical y las razones esgrimidas. “París, la capital mundial de la moda -declaró- tiene la vocación y el deber de brillar permanentemente y se niega a escapar incluso bajo el efecto de una terrible pandemia”. Explicó además que los talleres tienen que seguir trabajando y también lanzó la idea de que la moda digital nunca podrá reemplazar de forma continuada la moda física que siempre seguirá siendo el corazón de las colecciones. 

De momento, la semana de la Alta Costura, celebrada del 6 al 13 de julio con algunas ausencias notables, ha aceptado el sistema digital como una emergencia y las firmas han hecho un alarde de esfuerzo e imaginación mientras se replantean su modelo de negocio en el futuro. 

DIOR, que figuró en las apariciones del primer día, se apuntó al ritmo cinematográfico con el video “Le Mythe”, realizado por el director italiano Matteo Garrone, que muestra cómo la artesanía y la alta tecnología se alían para crear prendas únicas. Se trata de un cortometraje de fantasía donde aparecen repartidas por los rincones de un bosque sirenas, hadas y personajes de la mitología griega luciendo los diseños de Maria Grazia Chiuri, la actual diseñadora de la firma. Nos ha mostrado además una interpretación del surrealismo con un baúl mágico que representa la fachada de la Casa Dior en la Avenue Montaigne con un periplo alrededor del mundo de la firma. Se trata de 20 vestidos tamaño miniatura -unos 40 cm- susceptibles de viajar a varios rincones del planeta. 

Algunas fotografías de diseños sobre maniquíes nos definen parte de la línea Dior para el otoño-invierno 2020-21. Nada de colores brillantes y claro dominio de los tonos neutros con la intención de centrar la atención en la silueta que muestra algunos ramalazos del new look. Volúmenes, brocados, encaje y organza. Maria Grazia Chiuri lo explica así: “Para mí la Alta Costura es romántica por excelencia. Hay mucho amor en cada una de estas siluetas”. 

SCHIAPARELLI, la firma que inició las presentaciones, se ha decantado por un vídeo corto cuyo protagonista es el director artístico actual de la firma, Daniel Rosenberg, que aparece sentado en un banco de un parque de Nueva York donde le sorprendió la confinación del Covid 19. “Su colección imaginaria”, como él la tituló, consta esencialmente de los dibujos de sus diseños y explica que en vez de un equipo para la colección no pudo contar más que con su propia imaginación. La colección -en papel naturalmente- que ha sido lanzada a través de las redes se notaba muy minuciosa y meditada y constaba fundamentalmente de guiños continuos al surrealismo de su fundadora y a sus detalles icónicos. 

CHANEL ha lanzado una colección de 30 modelos que pueden verse a través de un catálogo digital. Virgine Viard, la sucesora de Karl Lagerfeld, como ella misma reconoce, se inspira más en el trabajo de Karl que en el de Cocó. El tweed, convertido en un tejido lujoso, es el principal protagonista de la colección con sus modelos de Alta Costura fotografiados por Mikael Jansson. El tweed se embellece con lentejuelas y otros motivos brillantes. Faldas midi, chaquetas años 60, vestidos con plumas y organza, raso, volantes grandiosos y varias piezas de joyería que se presentan como producidas por la Casa y que se lanzan al público a través de esta mágica y enigmática Alta Costura. 

GIAMBATTISTA VALLI. Si siempre sorprende por la espectacularidad de sus diseños, esta vez ha llegado a la cumbre. Una colección extravagante y barroca que rinde homenaje a París y a la Alta Costura, llena de simbolismos con un derroche de artesanía que homenajea sobre todo a los artesanos que guardan las mejores esencias de la costura. Su colección se recrea digitalmente en los kilómetros de tul, su material favorito, con maxivolantes y fruncidos. El diseñador apreció el poder digital de acercar al público (virtual, eso sí) los mejores detalles de sus modelos. 

Las colecciones en general no difieren mucho en sus líneas pero sí en sus formas de enjuiciar el futuro de la moda. En estos días no han faltado golpes de efecto. Por ejemplo, Valentino y Margiela han programado sus presentaciones fuera del ámbito de la Cámara Sindical de la Alta Costura y convocaron las fechas por su cuenta: el 16 y el 24 de julio.

En general llama la atención la falta de unidad de acción que se nota entre las distintas iniciativas de las firmas y los diseñadores. Louis Vuitton dice que desarrollará una serie de desfiles breves en distintas ciudades del mundo, sin público para no comprometer la salud de los asistentes. Saint Laurent y Gucci reducen sus desfiles a dos veces al año pero de modo digital mientras que otras marcas muestran sus colecciones a través de las redes sociales o se reservan para mejor ocasión. Este podría ser un resumen de las colecciones de Alta Costura más extrañas de toda su historia.