ENTRE LA MODA Y LA DANZA
CULTURA, Marzo 2021Valentine Colasante
Les Rats, Escuela de Danza
La Opera de París ha plantado cara a la pandemia y ha celebrado con gran esplendor uno de sus eventos “estrella”: la gala de apertura de su temporada de ballet para 2021, pero esta vez en versión digital. La sala Garnier, con capacidad para 2.000 espectadores, relucía vacía de público pero en el escenario se vivió un momento muy especial: se reunieron todos los bailarines de la casa –154- provistos de sus mascarillas junto a los llamados “les rats”, los jóvenes estudiantes de L´Ecole de Dance -150- que se preparan para integrarse en el ballet en un futuro. Hubo además una estupenda incursión de la moda con el debut del nuevo vestuario de Chanel, que apareció con la actuación de los primeros bailarines en “Grand Pass Clasique”, Valentine Colasante y Hugo Marchand.
La moda y la danza guardan una relación mucho más estrecha desde que la genial diseñadora Cocó Chanel, abierta siempre a las mejores innovaciones, a requerimiento del director de la Opera de San Petesburgo, Sergei Diaguilev, creó en 1924 el primer vestuario para “Train Bleu”. Desde entonces el nombre de Chanel ha estado vinculado al más exquisito mundo de la danza.
Cocó presentó nuevos vestuarios algunos incluso con indumentarias playeras pero que no ocultaban la novedad y la categoría de su arte. Hacía las pruebas a los bailarines en sus salones de la Rue Cambon y no ahorraba esfuerzos hasta conseguir que el modelo no sufriera “distorsiones” por los movimientos de los bailarines convertidos en bañistas. El mismo Karl Lagerfeld diseñaría años después los vestidos para el ballet “Bolero” y una nueva versión del atuendo original del “Lago de los Cisnes”.
El vestuario de la Gala de este año tenía también el toque de inspiración de Virgine Viard, la actual diseñadora creativa de la casa. Llamó especialmente la atención el modelo que lució Valentine, con un corpiño de terciopelo de seda azul y un tutú de tul bordado a mano con estrellas de plata y pedrería de mil colores, creación de la Maison Langue, que forma parte de “Metiers D´Art”, una asociación movilizada por Chanel para conseguir esta importante meta de que no decaigan los oficios artesanos vinculados a la Alta Costura. La Casa Chanel desde 2018 figura como patrocinadora de las actuaciones de los ballets a través de la “Asociation pour les Rayonement de l’Ópera de Paris”.
Probando el tutú de Chanel
Cocó Chanel
La compañía de Ballet
ENTRE LA MODA Y LA DANZA
Cocó Chanel había proyectado su sombra no solo sobre la danza sino también sobre la música, la pintura y el cine. Era una mezcla de mujer supertrabajadora con una artista nata. Sólo una vez desechó la posibilidad de diseñar para el cine que le ofreció Samuel Goldwing para vestir a sus estrellas en una película ofreciéndole un millón de dólares. El dinero no lo necesitaba y la posibilidad de desplazarse a Hollywood no le atraía lo suficiente. Estaba muy ligada en París a un grupo de intelectuales entre los que figuraban Jean Cocteau, Dalí, Picasso. Este ultimo estaba también muy relacionado con la danza ya que, entre otros decorados, había diseñado con gran éxito la decoración de “El sombrero de tres picos” de Manuel de Falla.
A Cocó Chanel, muy integrada en este grupo asociado a las vanguardias artísticas, se la consideró en muchas ocasiones como mecenas de los ballets rusos. “Yo no he salvado a los ballets de Diaguilev del naufragio como se había dicho -comentó la diseñadora-. Serge me había hablado de algo que yo no había oído todavía, como fue “La consagración de la primavera”. Quería verla y ofrecí una subvención. No me arrepiento de los 300.000 dólares que costó todo aquello. Mereció la pena”.
Valentine y Hugo en la Gala
El legado y la influencia que dejó Cocó Chanel entre el mundo de la danza y de la moda sobrevivió al tiempo. Diana Vreeland por ejemplo, en su papel de impulsora de las galas del MET en Nueva York, abordaba en 1978 la temática de la glosa del ballet y la moda y recordaba también al primer impulsor de Chanel en el mundo de la danza, el polifacético empresario Sergei Diaguilev que se había empapado de los preceptos del modernismo difuminando las fronteras entre las disciplinas artísticas y dramáticas para crear un arte total, un concepto totalmente aplicable al ballet.
No es tampoco casualidad que se haga coincidir en París la Semana de la Alta Costura con la inauguración de la “Gala de la Opera”. Aunque todos han tenido que acomodarse al mundo digital, muchos han reconocido incluso algunas de sus ventajas como es en este caso ver desde casa el fastuoso programa titulado “L’Ópera chez soi”, y haber podido admirar muy de cerca los bordados y detalles que la firma Chanel creó para sus bailarines siguiendo la estela de su fundadora.