JESUS DEL POZO: UNA ESTÉTICA REFINADA Y SERENA
COLECCIONES, noviembre 2006Jesús del Pozo es un creador romántico y personal con una rara intuición para conseguir unos diseños geométricos y esenciales que rara vez se ajustan a las tendencias convencionales del momento. Su colección para el invierno 2006-07 nos muestra unas prendas sutiles, sin falsas opulencias, con su inevitable toque oriental.
En sus comienzos, a mediados de los años 70, del Pozo hacía moda para hombre y su pericia y buen gusto para la moda masculina impregnan algunos modelos de esta colección en su rama más sport y urbana. Para los días más fríos del invierno ha presentado unas gabardinas superconfortables forradas de piel. También el aire masculino lo encontramos en algunos pantalones que destacan entre los dos extremos por los que hace discurrir esta prenda: pitillo o muy anchos. Algunas chaquetas se combinan con chalecos y los blazers de terciopelo –uno de sus tejidos favoritos– llegan incluso a acompañar algunos trajes de noche.
Su faceta más comercial se adivina en unos sencillos conjuntos de falda y blusa y en unos vestidos de línea simple con la falda cubriendo justamente la rodilla. Siempre con la vista puesta en el frío propio de la estación del Pozo crea unos abrigos amplios y funcionales, algunos sin botones y cerrados por un lazo en los que brilla nítidamente su afición por el estilo oriental que descubrimos también en sus chaquetas grandes y en sus jerséis de un cálido punto mohair que ganarán todas las batallas contra el frío.
El colorido de esta colección es de una gran serenidad y elegancia: marfiles, grises matizados, azul Prusia, pero lo mejor son los efectos de las mezclas de tonos que del Pozo maneja con maestría y que son una de sus señas de identidad: combinaciones de colores tan dispares como ocre, verdes, y azules se unen audazmente en algunos modelos de prendas superpuestas de un alto contenido estético a la vez que práctico.
Los tejidos empleados –punto, terciopelo, seda, algodón, lanas mohair– dan prestancia a prendas muy estructuras en las que destaca la pureza del diseño de este creador. Algunas chaquetas, más cortas por delante, se proyectan en el vuelo hacia la espalda. Los drapeados y los frunces campean en sus vestidos de corte imperio con un patrón demasiado repetido a lo largo de la colección, pero que dan un toque personal al estilo imperio, que vemos con tanta profusión en la moda de este otoño-invierno.
No hay en esta colección ninguno de los apoteósicos modelos a los que del Pozo nos tenía habituados y que cerraban frecuentemente sus colecciones pero sus trajes de noche largos, de suave caída, moldeando la figura son de una gran exquisitez.
JESUS DEL POZO: UNA ESTÉTICA REFINADA Y SERENA