PEDRO MANSILLA: "AHORA MÁS QUE NUNCA LA MODA LA DICTA LA CALLE"
ENTREVISTA, Septiembre 2013Pedro Mansilla
Pedro Mansilla
Pedro Mansilla es sociólogo, periodista y crítico de moda: un todoterreno en el mundo de la moda, del que conoce todos los entresijos con una gran naturalidad y con la profundidad para analizar los fenómenos propia de un sociólogo. Sintetizar en unas líneas toda una trayectoria vital profesional, intensísima, resulta tremendamente difícil.
En los últimos 25 años, ha colaborado con muchos de los más importantes medios de comunicación españoles: Elle, Vogue, Woman, Gentleman, El Mundo, Yo Dona, Telemadrid, Cosmopolitan TV, Antena 3, Telecinco , TVE, La 2, Cadena SER... Ha sido miembro de los más prestigiosos premios españoles de diseño de moda, comisario y miembro de los comités de expertos de numerosas exposiciones y eventos de moda –entre ellos, la de CIM 2008, I Congreso Internacional de Moda, organizado por la Asociación Moda Universidad y Empresa y el CSDMM de la Politécnica. Es profesor en los Máster de Periodismo de Moda de las Universidades Francisco de Vitoria, Universidad Politécnica-Marie Claire e Istituto Europeo di Design de Madrid, así como de la Pompeu Fabra de Barcelona.
Hablo con él durante una hora en el Museo del Traje de Madrid de su libro recién publicado“Cazadores de tendencias. Los nombres esenciales de la moda española”, editado por Lunwerg (Planeta).También es autor de la “Guía de la Moda Española”, publicada en el 2004 por el Ministerio de Ciencia y Tecnología.
-¿Cuál ha sido la mayor dificultad a la hora de escribir el libro?
-El libro parecía algo muy sencillo porque era una semblanza de la moda española en 67 estampas muy didácticas. Se trataba de hacer un libro sobre los nombres esenciales de la moda, pero a mí me pareció que era una buena ocasión para realizar un producto más elaborado, con una breve biografía, una foto del diseñador, un look por década, así como una frase destacada, de manera que retratara la trayectoria y el estilo del diseñador. Y todo en 2 páginas, salvo a algunos muy destacados que llevan más de cuatro décadas –como Jesús del Pozo-, que le dedico 4. He estado casi dos años haciendo el libro, llamando uno a uno a los diseñadores que quería meter… pero me encontré con que los diseñadores estaban cansados, agotados, con muchos problemas económicos y parecía que no les hacía mucha ilusión que les pidiera nada. Es verdad que ha habido diseñadores muy profesionales, pero otros he tenido que perseguirlos y explicarles una y otra vez el tema. Ha sido muy, muy laborioso…
-Lo subtitula “Los nombres esenciales de la moda española”. Pero no están todos los que son…
-No, no todos, están el 99 por ciento. Pensé que habría que poner una línea de corte en algún sitio y usé como criterio que estos nombres hubieran presentado su obra en una pasarela de primera categoría, como Cibeles o Gaudí. Y otra condición es que deberían estar en activo. Por eso, en el prólogo menciono a casi 50 más que no están en el libro porque hacen alta costura o ya no están en activo.
-A su juicio ¿son todos ellos “cazadores de tendencias”?
-Bueno, el titulo es editorialmente comercial porque estaba montando una exposición en CentroCentro que se llamaba así. La frase “cazadores de tendencias” es de hace unos 10 años y proviene del mundo bloguero, pero antes los sastres, las modistas eran también cazadores de tendencias. No es un fenómeno tan reciente…
-Defina tendencia.
-Es una información privilegiada en la que están de acuerdo una serie de personas, y que es copiada inmediatamente por el resto. No es tendencia algo que no esté en la calle, en los escaparates. Pero también, en ese mismo momento deja de ser tendencia, porque ya no es elitista sino que es compartido por la gran mayoría. En el consumo de la moda, esto puede durar 2, 3 ó 4 temporadas. En la Pasarela Cibeles, por ejemplo, muchas colecciones elaboran ideas que ya han sido vistas en alguna temporada anterior de París, no son originales. Y aún así aquí tienen vida como tendencia. Hay tendencias con una vida muy larga, que pueden durar incluso 10 temporadas, por ejemplo, el print animal en sus infinitas variaciones.
-¿De donde surge una tendencia? ¿Quién dicta lo que se lleva?
-Antes, las tendencias surgían sin ninguna duda de las casas de alta costura. Tenían tanto prestigio que lo que presentaban era inmediatamente moda. Sus grandes clientas, las elegantes, algunas celebrities y las prestigiosas revistas de moda iban marcando tendencia. Y la calle copiaba de los escaparates o de la copia de la copia que hacían las modistas avispadas, que sabían reproducir, por ejemplo, un modelo de Balenciaga. Las modistas actuaban así como corrientes de transmisión de las tendencias. Incluso a finales de los sesenta, había modistas de calidad que, a cambio de pagar cierto dinero, podían asistir a los desfiles de los grandes maestros con derecho a copiar los modelos. De este modo, al principio Pertegaz pudo ir a “copiar” los modelos de Dior a París… Y las modistas elegantes hacían lo mismo para sus clientas.
Ahora, las tendencias surgen de la televisión, de las redes sociales, de los blogs, de las revistas de moda. Pero más que nunca la verdadera moda nace en la calle, porque la máquina de la innovación está agotada. Lo que se presenta como nuevo o lo original en realidad es lo correcto, lo adecuado, lo apetecible, y se busca en el baúl lo que fue tendencia en su momento: los años 50, los 60, los 80… Con Internet es todo inmediato: la moda se copia y cambia constantemente. Así que la moda la dicta la calle.
-Esta crisis está afectando mucho a nuestros diseñadores, con algunas deserciones sonadas y concurso de acreedores…
-En España, en los últimos 20 años, la moda española, agrupada casi toda en ACME, eran unas marcas que tenían una clientela que cubría el mercado español. Sólo algunos nombres como Roberto Verino, Adolfo Domínguez, Custo Barcelona o Purificación García tenían una pequeña presencia en el extranjero, al resto con unas cuantas tiendas en España le salían las cuentas. Pero llega Inditex y su éxito nacional e internacional, y precisamente a quienes hace más daño es a sus propios compañeros españoles. Para paliar este daño, muchos de estos diseñadores se han volcado en los trajes de noche y fiesta, o en la exclusividad que plantea el mundo de los eventos, como los Goya, que es donde verdaderamente pueden plantar cara a Zara. En lo demás, el modelo Zara es imbatible: diseños con estilo, que suma moda, tendencias y precios bajos. Mucha gente no podía pagar a un diseñador pero sí a Zara, que ha conseguido democratizar la moda.
-¿No estamos volviendo también al “hecho a medida” como señal de distinción?
-Sí, y también al vintage y a las prendas de segunda mano. Se está dando el fenómeno sociológico del péndulo: frente a la facilidad de la confección en serie, mucha gente está volviendo al vintage y al mercadillo de prestigio como el de Portobello de Londres. Es una forma de elitismo consustancial al ser humano. También el sastre de toda la vida te hace por un poquito más la chaqueta a medida que te sienta como un guante y que no te queda larga como en la confección en serie…
-Cambiando de tercio, ¿qué es para Vd una mujer elegante?
-Balenciaga lo definía de una forma que a mi me encanta: una mujer elegante entra en un sitio y no llama especialmente la atención, pero la gente necesita volver a mirarla porque tiene algo. La elegancia no es un arrebato, sino algo que está ahí, que no es escandaloso pero te va atrapando poco a poco. Para mi la elegancia es la gracia que tiene la proporción, es serenidad, dulzura, honestidad, corrección, equilibrio. Belleza en movimiento: por fuera y por dentro. También decía Balenciaga que “la elegancia es una cuestión de huesos”… La elegancia ahora está en desgracia y habría que volverlo a poner de moda.
-¿Se cumple en la pasarela moda la famosa máxima de McLuhan: el medio es el mensaje? ¿No se ha convertido en un espectáculo sólo de cara a la galería?
-Sí, nunca más que ahora “el medio hace el mensaje”. Hace unas décadas, la pasarela era sólo un instrumento de promoción, porque detrás del desfile había una colección completa que vendían los comerciales en tiendas multimarca. Ahora no porque los diseñadores sólo venden en tiendas propias. Ya no van a ver la colección los compradores, los dueños de boutiques: la pasarela se ha convertido en pasto de periodistas y famosos vestidos del diseñador… La pasarela es hoy un espectáculo mediático con grandes parafernalias, como una ubicación grandiosa, miles de invitados, famosos en primera línea, maniquíes con transparencias, música, iluminación, cóctel… es el espectáculo total, como una ópera de Wagner, porque lo que realmente se busca es atraer la atención para salir en los destacados de prensa o en el telediario. Por eso hay muy poca moda real en la pasarela.
-Es Vd también formador de futuros diseñadores, ¿qué les mueve a estos jóvenes estudiantes hoy? ¿Qué le aconseja?
-Nuestros jóvenes diseñadores son los mejores preparados de toda la historia. Tienen una experiencia y una formación a su alcance que no se ha tenido antes. En el Ego, por ejemplo, hay diseñadores que ya han estudiado y trabajado en Paris, o con Carolina Herrera, con Cavalli... Pero el inconveniente es que están sacando el titulo en un momento de la moda en que está paralizada la industria, por la gran crisis económica. Yo les aconsejo que se formen bien y que no quieran triunfar a la mínima, que trabajen mucho. Y cuando lleven 20 años, entonces sí, que se arriesguen con todo lo que ha aprendido… Pero que se olviden de la idea de “voy a hacer un desfile” a la primera de cambio.
-¿Con qué calificativo describiría la actual realidad sociológica de la moda: libre, ordinaria, multicultural…?
-La moda, como la sociedad actual, es esquizofrénica. La sociedad quiere al mismo tiempo dos cosas que son imposibles de conjugar: la opulencia a la que nos incita la televisión y la publicidad, con mensajes sobre el éxito, el lujo, el consumo, la diversión, etc, y, al mismo tiempo, desde que empezó la crisis, la clase media europea y española se está sacrificando y tiene que renunciar a muchas cosas y está asustada con tantos recortes en todos los campos, tiene mucha inseguridad. Ambos mensajes contradictorios y machacantes acaba por convertirnos en esquizofrénicos. Y en medio de este desorden, todo el mundo cree que va a la moda, porque probablemente nunca hemos sido en moda tan libres como ahora. La moda se está haciendo una guerra civil a sí misma cuando marca que se lleva tanto el ancho como el estrecho, el negro y el blanco, el corto y el largo… Está ocurriendo como en el 68, que la moda ya no marcaba lo que estaba de moda porque no tenía unas líneas claras.
En un evento de moda
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