NICOLAS GHJESQUIERE Y SU AGUJA DE ORO

Durante 25 años, de la mano de Maria Rosa Salvador, han recibido el trofeo “La aguja de oro” algunos de los diseñadores más emblemáticos del mundo de la moda. El primero fue para la diseñadora francesa Muriel Grateau a la que han sucedido después incontables nombres, como Givenchy, Ungaro, Versace etc. Esta vez el premio ha cambiado de mano. A partir de ahora el convocante será el Ministerio de Cultura, que ya ha decidido este año, a través de un Jurado de expertos, que el galardón será para Nicolás Ghesquire, director creativo de la Casa Balenciaga que desde 1995 se inscribía en la línea de jóvenes talentos capaces de imprimir nuevos bríos a casas legendarias. Este joven diseñador, que empezó a alcanzar éxitos verdaderamente espectaculares en el año 2001, supo afrontar con éxito el riesgo de imaginar un pret a porter digno del nombre de Balenciaga. Tenia en sus manos importantes bazas: había realizado un “trining” con Jean Paul Gaultier y Nina Ricci y sus diseños estaban imbuidos de la esencialidad en el dibujo de la silueta, con una maestría especial para tratar los volúmenes.

Este año la capacidad de Ghesquire, no de resucitar viejas imágenes de elegancia, sino de recrear los hallazgos de Balenciaga en clave moderna, ha tenido una enorme influencia en las últimas colecciones y tendencias imbuidas del nuevo espíritu del diseñador de Guetaria. El premio nos parece muy merecido.