LAUREN BACALL, DE LA MODA AL CINE
NOTICIAS, Septiembre 2014
Lauren Bacall

Con Humphrey Bogart
Entre las muchas noticias que han circulado en este pasado mes de agosto, está el fallecimiento de la actriz Lauren Bacall, considerada un icono del cine, pero que también lo ha sido de la moda. Su mirada misteriosa, su melena ondulada y su forma de vestir personalísima, de una discreción elegante y estricta, eran como una excepción inimitable en el Hollywood de los años 40 que copiaba los modelos más barrocos de las casas de costura francesa.
Quizás la parte menos conocida de la biografía de Lauren es su pase de la moda al cine trabajando como modelo. Antes de ser actriz, fue descubierta por Diana Vreeland, directora de la revista Harper´s Bazaar, cuando tenía 17 años. En 1944 debutó en la portada de la revista con un look que la dotaba ya de una extraordinaria belleza y siguió sus pasos como modelo en otras importantes publicaciones.
La moda fue su rampa de lanzamiento para debutar con su primera película “Tener o no tener”. Durante el rodaje conoció al actor más cotizado y “duro” del cine del momento, Humphrey Bogart, con quien se casó y permaneció a su lado hasta su muerte doce años después. A esta película se sucedieron otras muchas: “Como casarse con un millonario” “Mi desconfiada esposa”, “Sueño eterno” , etc.
Pero la moda fue siempre una de las mayores señas de identidad de Lauren Bacall. Muchos diseñadores apostaron por ella como musa e imagen de marca. Saint Laurent fue uno de sus grandes amigos. La actriz siguió siempre con su personal elegancia y vistiendo sus piezas “clave”, muchas de las cuales pueden figurar como básicos de todos los tiempos: el traje sastre, la falda tubo, la camisa blanca… Se inclinaba mucho por la atemporalidad del negro y sus joyas preferidas eran las perlas.
Con el paso de los años y su retirada del cine no disminuyó su buen gusto y su elegancia. Cuando en el año 2009 recibió su “Oscar honorífico” pisó la alfombra roja con un exquisito traje túnica color marrón y un collar de perlas.

Eterna elegancia
LAUREN BACALL, DE LA MODA AL CINE