CARLA ROYO-VILLANOVA: "LA BELLEZA ES EQUILIBRIO Y ARMONÍA"
ENTREVISTA, Febrero 2015Carla Royo-Villanova
Me reúno con Carla Royo-Villanova a tomar café en “La Divina” de la Castellana. Allí me espera con su eterna sonrisa. Mujer todoterreno en todos los sentidos, cercana, elegante, inteligente, destila esa delicadeza que te envuelve y cautiva desde el minuto cero. Princesa de Panagyúrishte por amor, lo mismo se embarca en una aventura solidaria a Thailandia que lidera una comprometida asociación que defiende los derechos de autónomos y pymes. Carla está casada desde 1993 con Kubrat de Bulgaria, tercer hijo del Rey Simeón II de Bulgaria, y tiene tres hijos: Mirko, Lucas y Tirso, de 19,17 y 12 años respectivamente. Ha creado su propia línea de cosmética, Carla Bulgaria Roses Beauty, basada en la célebre rosa de Bulgaria, de muchas propiedades terapéuticas y cosméticas.
-¿Qué es para ti la belleza? -Para mí la belleza es equilibrio, armonía…
-¿Cuéntanos qué es lo que te llevó convertirte en empresaria? -Un punto de locura. Aquello fue una consecuencia de inquietudes y actividades, y oportunidades que vas viviendo, y cuando las encajas todas surge. Alguna gente de mi entorno me tildó de loca, y ahora reconozco que en parte tenían razón. Tiene que ser una idea en la que tú creas, que la cabeza y el corazón te pidan, y en la que pongas toda tu fe e ilusión. Además debes tener un análisis en que se vea que es viable.
-¿Cómo surgió la idea de tu línea cosmética? -No fue de un día para otro. La primera vez que visité Bulgaria en el 98 conocí los productos que se hacían allí con agua de rosa, y recordé a mi bisabuela (recién fallecida) y lo que me dijo de adolescente acerca del cuidado de su piel: con agua de rosas. Empecé a utilizar esos productos hasta que en 2003, y debido a mi curiosidad y afán de indagar, organicé un viaje para conocer el Valle de las Rosas, y conocí a los recolectores y a los empresarios de las cooperativas. Ahí fue donde la idea de crear la empresa surgió.
Imagen de sus productos
Con su marido Kubrat
CARLA ROYO-VILLANOVA: "LA BELLEZA ES EQUILIBRIO Y ARMONÍA"
En aquel momento era directora de comunicación de Pedro del Hierro, y se me antojaba difícil acometer esa idea debido a que tenía un horario de oficina. En ese momento aparece mi padre, "pieza" fundamental, recién prejubilado, y le embarqué durante un mes a Bulgaria, para que fuera mi alter ego. Seguí seis años más en Pedro del Hierro, y paralelamente por las noches trabajaba con mi padre.
-¿Sigues a rajatabla los dictados de la moda? ¿Cómo es tu estilo?-Sigo a rajatabla “no seguir a rajatabla” los dictados de la moda. Me interesa la moda, el sector textil en nuestro país es un sector fuerte. Me divierte seguir los tradicionalismos de unos, las "idas de olla" de otros, los clasicismos de otros, y luego a través de ello me hago mi propio estilo. La moda está para embellecernos, potenciando lo más bonito que tenemos, camuflando lo menos favorable. La moda está a nuestro servicio, no nosotros al servicio de la moda. No hay “algo” que nunca me pondría, pero todos tenemos derecho a cambiar de opinión, no hay que cerrarse en banda a nada. El estilo de las personas va cambiando en cada edad.
-¿Te cuidas? -Intento ser equilibrada, con mis excepciones. Trato de mantener un orden, sin llegar a la obsesión.
-Háblanos de la asociación que presides. -Emprende and tweet, que por fin es asociación, empezó siendo una unión de autónomos y pymes que nació a través de twitter, con la filosofía de ayudarnos los jóvenes emprendedores los unos a los otros bajo el lema "la unión hace la fuerza". Cuatro años después ya éramos muchos, así que legalizamos la asociación, para elevar el tono y reivindicar las cuestiones que autónomos y pymes consideramos esenciales, ya que son el motor de cualquier economía.
-¿El criterio de qué persona de tu entorno tiene más peso en ti a la hora de tomar decisiones? -Desde que estoy casada, mi marido. Me siento arropada cien por cien por él. Pese a mi genio, que lo tengo (risas), me encanta escuchar a las personas que pienso que saben más que yo. Maduro lo que me dicen antes de tomar una decisión, pero lo comento mucho antes, de hecho mis hijos dicen que no les dejo hablar.
-¿Qué valores tratas de inculcar a tus hijos? -Tres cosas: Primero, que sean muy buenos hermanos, ya que alguna vez faltaremos, por eso intento que estén muy unidos, y también con sus primos. El segundo valor es que sean buenas personas, lo cual significa un montón de cosas, que sean tolerantes y respeten la opinión de los demás y su propio criterio, aunque sea complicado. Sensatez y sentido común, que es el menos común de los sentidos, y en tercer lugar la responsabilidad.
-¿Cómo has tratado de introducir en el mundo del arte a tus hijos? -Aunque me han salido los tres muy de ciencias, cuando eran pequeños, y debido a mi formación, traté de hacerles el arte muy didáctico. Yo quise estudiar Bellas Artes, pero mi padre me disuadió, orientándome hacia el Derecho, pensando que lo otro no tenía futuro. Aunque estoy contenta por haber estudiado Derecho, de donde he sacado mis mejores amigas, no quiero imponer mi criterio en ellos.
A los hijos hay que saber hasta qué punto les puedes asesorar, dejándoles independencia. Cuando mis hijos eran pequeños cogíamos los libros de Taschen y copiábamos los dibujos de Miró, Picasso, los móviles de Calder. De hecho, Mirko en Cabo de Palos ganó un concurso de pintura a los 4 años pintando un caracol, diciendo que sería como los que habría en Cabo de Palos de no haber existido la polución. No se sintió muy bien al ganar, porque dijo que era el caracol de Calder, no el de Mirko, a sus 4 años. Cuando viajé a Colombia, uno de ellos me pidió que le trajera un Botero. En general el humanismo en España se enseña mal, habría que estimular la curiosidad, como cuando buscábamos en la enciclopedia Espasa en tomos donde la A ocupaba 3 tomos…
-¿La locura más grande? -Ha habido muchas. De las “contables”, venir desde Londres en noviembre en Harley hasta Madrid en plena gota fría... Y para estar con Kubrat ¡muchas!
-¿Cómo sería un día ideal en la vida de Carla Royo-Villanova? -Sería levantarme a las 10.30, si puede ser en Las Palmas de Gran Canaria, y tras un desayuno canario maravilloso pasear por Vegueta, ir de compras a Triana, estar con mis hijos en las Cícer, hacer una excursión por la isla, una cena en cualquiera de sus maravillosos restaurantes y tomar una copa con unos amigos. Afortunadamente gozo de ellos tres o cuatro veces al año, lo que me hace sentirme afortunada. Otro días ideales son los que paso con mi madre en Bilbao, o con mi padre en Madrid, y algunos que paso tranquilos en Madrid con mi familia. Los días ideales los haces tú a tu medida, según tu filosofía de vida.
-¿Te queda algún sueño por cumplir? -¡Estoy llena de sueños! Me gustaría que mi hijo entrase en Medicina, y decirte el año que viene que lo logró. Moriré soñando, seguro…
-¿Cómo te gustaría ser recordada? -Con ser recordada me basta. Me parecería maravilloso.