EL PRIMER BELEN DE LA HISTORIA

Fue en la localidad de Greccio, a unos cien kilómetros del norte de Roma, donde en el primer domingo de Adviento el Papa Francisco visitó este mágico lugar en cuyas grutas, según la tradición, San Francisco de Asís recreó el primer portal de Belén en 1223, dando paso a esta entrañable tradición navideña. 

En su visita a Greccio,  el Papa firmó la carta apostólica “Admirable signum” sobre el significado que encierra la costumbre de poner el portal de belén, los llamados “belenes” o “pesebres” en las casas y espacios públicos. Dice así en uno de sus párrafos: “Quisiera alentar la hermosa tradición de nuestras familias que en los días previos a la Navidad preparan el belén, como también la costumbre de ponerlo en los lugares de trabajo, en las escuelas, en los hospitales, en las cárceles, en las plazas”. 

Opina el Papa que el belén está lleno de simbolismos y lo considera “una llamada a seguir a Jesús en el camino de la humildad, de la pobreza y del despojo”. Pastores y Reyes, ricos y pobres, todos convocados en un momento cumbre de la humanidad. Una bonita idea y una fórmula maravillosa que ha empleado el Papa Francisco para abrir las puertas a la Navidad 2019, que deseamos muy feliz a todos, especialmente a nuestros lectores de asmoda.