ADRIANA DOMÍNGUEZ, AL FRENTE DE LA EMPRESA FAMILIAR

Después de una etapa difícil, el diseñador Adolfo Domínguez ha decidido renovar la empresa para acrecentar su identidad y su prestigio. Hasta ahora se había apoyado en personas ajenas a la familia, ahora ha encontrado el apoyo decidido de su hija mayor Adriana que ha sido nombrada presidenta ejecutiva, muy ilusionada con este objetivo de su padre, y que desde distintas posiciones ha contribuido ya al claro despegue de la empresa en estos últimos meses. 

Adriana, de 43 años y nacida en Orense, tiene un carácter y unos objetivos muy parecidos a los de su padre. Ha asumido su cargo reconociendo la importancia que éste ha tenido en su vida y su trabajo: “Mi padre ha sido mi mentor y yo no sería quien soy sin su influencia”. También a ella le gustan los slogans impactantes como el que popularizó su progenitor con gran éxito -“La arruga es bella”- y ha lanzado otro: “Ser más viejo”, quizás menos atractivo pero que encierra una llamada al consumo moderado y una defensa de la moda sostenible. 

La nueva presidenta ejecutiva ha estudiado en los mejores internados internacionales. Habla cinco idiomas. Es Licenciada en Administración y Dirección de Empresas. Se licenció en ICADE y CESM y tiene un máster de Historia Contemporánea. Su primera experiencia laboral fue en Bankinter y después pasó por una etapa de unos años dedicada al mundo del cine en el que alcanzó algunos éxitos como por ejemplo la película “El sueño de Ibiza”. Sin embargo, su máxima aspiración es triunfar en la moda y llevar al máximo desarrollo a la empresa familiar, refrescar la propia marca y acercarla a las nuevas generaciones. En su entorno son conscientes de sus aptitudes, tanto que el pasado año recibió en Galicia el titulo de “Mujer líder 2019”. 

Adriana conoce bien la empresa que ha heredado de su padre porque ha pasado por distintos puestos en estos últimos años. Primero fue directora del área de perfumes, en 2016 fue nombrada consejera de empresa y en julio del 2019 consejera delegada hasta alcanzar ahora con ilusión y empuje la máxima dirección del negocio familiar. La empresa, con una clara inclinación por la internacionalización, cuenta ahora con 391 puntos de venta en 22 países y el 52% de la red se encuentra fuera de España. Adriana describe así el paso importante que ha dado: “No he dado el salto por ambición, sino por responsabilidad”.