CARLOTA CASIRAGHI, MODELO, FILÓSOFA Y CANTANTE

La hija de Carolina de Mónaco, que ha llenado las portadas de las revistas del corazón con su inestabilidad sentimental continua, transmite ahora a los medios su capacidad para aterrizar en distintas profesiones y actividades culturales. Ya en el 2015 inició unos encuentros filosóficos en Mónaco -es licenciada en Filosofía y Letras- pero después ha sido noticia como conferenciante más allá de las fronteras de Principado y se nos ha presentado como imagen de la casa Chanel, donde ha empezado a participar como persona destacada en los encuentros literarios de la firma. 

Una de sus últimas facetas que han llamado más la atención ha sido la de cantante, aunque de momento se ha tratado de una actuación muy puntual que no sabemos si tendrá una cierta continuidad. Fue al final del pase de la colección crucero de Chanel en Les Bains de Provence y en un ambiente íntimo propiciado por Sebastien Tellier, también embajador de la firma, cantando a dúo con el artista. Dicen que tiene una voz cálida y muy agradable que con el tiempo puede potenciar. Iba vestida con pantalones vaqueros y una chaqueta de lentejuelas al estilo de una estrella del rock. 

Carlota se ha sentido muy integrada en el lugar de la colección y de su debut como cantante, una zona en la que ella pasó muchos momentos de su infancia. Después de la traumática muerte de su padre, Stefano Casiraghi participando en un campeonato mundial de off-shore el 3 de octubre de 1990, cuando ella tenía 4 años, estuvo viviendo unos años en Barbizon con su madre y sus hermanos, estudió en la cercana localidad de Fontainebleau y aquí nació también su afición por la hípica. 

De acuerdo con la ley sálica del Principado de Mónaco, a Carlota no le corresponde título alguno pero desde 2002 forma parte de la línea sucesoria en undécima posición y es madrina de las Fuerzas de Seguridad de Mónaco. Participa también en proyectos sociales y ha colaborado en una revista promoviendo la atención por el medio ambiente. Según ella misma manifiesta, pone mucha atención en la ropa que compra y elige sus blue jeans de algodón ecológico, no tratados con tintes tóxicos.