EL EVENTO CUMBRE DE LA MODA ESPAÑOLA

Mercedes Benz Fashion Week Madrid, la pasarela de moda más importante de España, ha celebrado su 74 edición. En contraste con las dudas y angustias de la anterior edición, que se celebró en plena pandemia, esta vez parece que la tan ansiada “normalidad” está también ganando terreno en el sector de la moda. Han participado un total de 37 diseñadores que desfilaron algunos en el pabellón 14 de Ifema y otros en lugares emblemáticos de Madrid. A pesar de los avances, han seguido algunas presentaciones con formato híbrido apuntalando a los desfiles presenciales. Cuatro días intensos -más los desfiles off- en los que la moda de autor se está abriendo camino con paso firme en España.

ROBERTO VERINO: NOMADISMO URBANO 

El diseñador gallego, que ha abierto la semana de la moda madrileña, ha vuelto con moda innovadora que encaja por derecho propio en nuestro siglo XXI. En esta edición nos ha mostrado una propuesta itinerante y descentralizada recorriendo algunos de los escenarios públicos de Madrid para demostrar que su moda no solo encaja en distintos tipos de mujeres y en diferentes momentos del día, sino en distintos barrios y ambientes. El primer punto fue la convocatoria de la prensa que nos reunimos en el museo de esculturas al aire libre del Paseo de la Castellana, bajo el puente de Juan Bravo, para alcanzar después otros cinco puntos de la ciudad y finalizar en Madrid Río. Verino ha elegido también temporada, no ha entrado en la versión general de la moda primavera-verano que acogen los restantes diseñadores, sino que le gusta vivir el momento presente y lanzar la moda a la calle lo más pronto posible. Su colección nos muestra un patronaje perfecto y se recrea en un gusto exquisito con sus modelos en tonos otoñales. Se inició con una modernísima gabardina color mostaza y continuó con jerséis, chaquetones y faldas midi del más refinado sport con tonos tierra, mezclando distintas intensidades del gris, con jerséis con los actualísimos cuellos cisne y con botas de un tacón fino pero de una altura bastante razonable. Se ha inspirado en una sociedad nómada que vive en constante motivación, y apuesta por referencias clásicas y atemporales formando parte de los contactos y los recuerdos. El diseñador afirma: “Creemos en las piezas icónicas, en los armarios emocionales que hacen nuestro día a día mucho más feliz”. 

AGATHA R. DE LA PRADA: VITALISMO Y COLOR 

La diseñadora ha encajado muy bien en estos objetivos de optimismo y energía que luchan con éxito para colocar el sector de la moda en su lugar preponderante después de una época superdifícil. Agatha siempre ha buscado la felicidad, y el revulsivo de la moda a través del color para transformar el ánimo y volvernos más audaces. Al inicio del desfile sus modelos aparecieron ya en bien trazadas hileras en el escenario de fondo poniendo al descubierto, a primera vista, sus distintivos que nunca fallan: estrellas, corazones y muchas flores, que para algo es una colección dedicada a la primavera. Una silueta de corte sencillo con cuello a la caja, falda recta y mangas amplias ha sido el fondo perfecto para sus inagotables iconos. Muchos trajes con tejidos metalizados en oro y combinaciones de colores audaces pero no recurriendo al contraste sino a la armonía de tonos. El largo midi ha sido el preferido y las rayas de distintos anchos el estampado más prodigado. Como siempre Agatha busca aprovechar al máximo con novedades y sorpresas los minutos de oro que brinda la pasarela y esta vez lo ha hecho introduciendo algunos modelos de moda masculina presentados por dos figuras populares: el cantante Oscar Montes que ocultaba su falta de veteranía en la pasarela con su desenfadado “savoir faire” y el protagonista de muchos realities, el italiano Gianmarco Onestini, experto ya en estas lides. La sorpresa dentro de la moda femenina se basaba en una bien dosificada estética del exceso: algunas faldas miriñaque, otras con una gran amplitud al estilo Valentino y mangas estratosféricas en el modelo que cerró la colección. 

MALNE: ARTESANIA Y ESTILO PROPIO

"Somos artistas españoles de la moda”. Así se definen ellos mismos, el dúo de profesionales Paloma Alvarez y Juanjo Mánez que, con su efectiva valoración de la artesanía, han sido capaces de unas espléndidas mezclas de lo tradicional y lo vanguardista. Sus creaciones suelen ser siempre series limitadas que ponen el acento en la creatividad nacional y en la entusiasta reivindicación del trabajo artesanal. Se manejan con colores poco atrevidos como corresponde a los materiales, que tienen un gran protagonismo en la colección, como son el yute y la arpillera pero no desdeñan los detalles impactantes como las lentejuelas de colores, las faldas de plumas, las flores y adornos en relieve y los bordados minuciosos. La última y extensa parte de la colección fue un recital de un solo color: el negro, con modelos de una variedad extraordinaria y estilos que engloban tanto asimetrías audaces y adornos de plumas como modelos tipo smoking y trajes largos camiseros de una sobria elegancia. Destacamos por su perfecta ejecución una chaquetilla torera con bordados minuciosos y perfectos que resaltaban otros de los valores de la artesanía: perfección en el trabajo y amor por la tradición. 

LOLA CASADEMUNT BY MAITE: INSPIRACION VERSALLESCA 

Una empresa liderada por Lola Casademunt, y después con el añadido del empuje y la creatividad de su hija Maite, que se inició hace 40 años en momentos muy difíciles para la familia y que empezó con una modesta mercería, destacó pronto por el encanto y la vistosidad de sus accesorios y fue creciendo en fuerza comercial y sobre todo en creatividad apoyada en el gusto por el detalle y la elaboración artesanal. Cuando el éxito fue rotundo entraron en el tema de la ropa pero con sus mismas armas. Este año han desfilado en la Fashion Week inspirándose en los jardines de Versalles cuyo entorno natural figuraba en los estampados y en el dominio de las tonalidades elegidas. La colección se inició mostrándonos como fondo de la pasarela un retablo cuajado de flores de dos tonos que después discurrirían por toda la colección: rosa y verde que rimaban muy bien con sus vestidos hiper femeninos en tejidos fluidos, como son los chifones y las viscosas, junto con los tejidos técnicos, todo dentro de los colores clave arrancados del encanto de los jardines versallescos. 

PERTEGAZ: LA LLAMADA DE LA SELVA 

Mientras esperábamos el comienzo de la colección y apareció en el escenario el fondo de la pasarela, ya pudimos adivinar cuáles serian los primeros compases. Se trataba de la estampa de una selva (con león incluido) y efectivamente el primer modelo en desfilar fue un traje sastre de print animal, un tema que se repitió después en otras prendas urbanas demostrando que la “moda animal” no se apartaba de las pasarelas ni de las calles y su éxito continuaba imparable. Después de este mensaje, la colección tomo un sesgo “muy Pertegaz” que parece pronosticar que la fértil creatividad de Jorge Vázquez podrá discurrir sin sobresaltos por algunas de las huellas artísticas del gran maestro. Las rayas, un tema que ha figurado como favorito de la semana de la moda, alcanzaba en esta elección sus cotas más altas con distintos anchos y direcciones manejados con maestría y buen gusto. Como colores de contraste, se presentaron los dos más seguros y clásicos: el blanco y el negro en forma de pantalones negros y blusones blancos y sobre todo en unos bonitos estampados geométricos. La única incursión del rojo en este dúo clave consiguió uno de los vestidos estampados más originales del desfile. También tuvieron su fórmula de animación los modelos negro total: unos zapatos amarillos o fucsia. O cualquiera de los tonos que demostraran fuerza y viveza. 

TERESA HELBIG: 25 ANIVERSARIO 

Para celebrar su cuarto de siglo en la moda, Teresa Helbig ha promovido un homenaje al origen de sus maravillosos recuerdos que le llegaban a través de las pantallas cinematográficas con mujeres extraordinarias, elegantes y reivindicativas. Así ha recordado también con cariño la ciudad de Los Ángeles, “Once upon in Los Ángeles”, que ha conectado estupendamente con su moda y donde tiene una nutrida clientela que valora su artesanía y donde hay actrices que dieron inspiración a su trayectoria. La colección Helbig para primavera verano 2022 es una colección joven… para todas las edades. Está llena de motivos, puntadas y adornos que suponen horas de un trabajo minucioso. No faltan las blusas con delanteros recorridos por volantes y bordados diminutos y el gran tema de esta temporada como son las rayas en distintos tamaños y que ella recorre con distintos materiales. No desdeña los brillos metálicos del oro y la plata pero los emplea con mesura como un realce de sus prendas. Su apuesta es siempre el trabajo artesanal y sostenible. Su objetivo está escrito en una pintada en la pared de su atelier en Barcelona: “Una mujer Helbig nunca pasa desapercibida”. 

CUSTO BARCELONA CONFIA EN SI MISMO 

Al menos esto dice el lema de su colección primavera verano a la que ha titulado “Trust me” (Confía en mí). Desde sus primeros modelos en pasarela hemos podido comprobar que este año se ha decantado mucho por el contraste del blanco y el negro y que su colorido ha sido menos vibrante que en anteriores ocasiones decantándose por las tonalidades claras. Ha acudido también, como la mayoría de los diseñadores, a los metalizados en este caso en su versión plateada. Los volúmenes han dado aire a los minivestidos y las sudaderas se han revalorizado con los estampados grafiti. Aunque sus famosos brillos han aparecido menos que en ocasiones anteriores, no ha renunciado del todo a la viveza de algunos colores que no han conseguido menguar el protagonismo del negro que aparecía en algunos de sus bien construidos trajes de chaqueta. Como es lógico, no ha faltado el recuerdo de sus camisetas que cimentaron el prestigio de esta firma con sus maravillosos diseños y su sentido práctico. Lo que no ha faltado en la colección han sido los cortes audaces y exhibicionistas, poco compatibles con una moda que quiere conservar un nivel elevado. Algunas prendas eran más propias de una presentación de lencería que de unos diseños con clase. El intento de algunos diseñadores de sexualizar la moda puede llegar a ser nefasto y de resultados poco satisfactorios. 

PILAR DALBAT Y LA VENECIA DE FORTUNY 

En la Central del Matadero de Madrid se presentó la colección dedicada a Venecia, la ciudad cuna del granadino pintor Mariano Fortuny con motivo del documental “El universo en una caja”. Los modelos de la colección están inspirados en la trayectoria del artista y representan el broche de oro de su homenaje. Para crear esta colección, Pilar Dalbat viajó a Venecia inspirándose en su patrimonio artístico y en su espléndida cultura. Centró la base de su moda en la reinterpretación de la túnica Delfos, obra de Fortuny, en seda plisada muy fina. Tomando como base la muestra del tejido del propio taller del artista a través de la digilitación, Dalbat fue dando vida a sus modelos de formas amplias, estilo túnica o ceñidos con cordones y borlas buscando la modernización de los plisados creados por Fortuny. No faltaron las faldas con mucho vuelo, los metalizados dorados y las transparencias -algunas claramente excesivas- y la concreción de unos tonos muy pálidos que giran alrededor del blanco roto, y de un amarillo de distintas intensidades muy primaveral. 

DUYOS: MERECIDÍSIMO PREMIO 

La maravillosa colección que Juan Duyos presentó en su vuelta a la pasarela de MBFWM, convertida en un encantador mercadillo de Madeira, fue muy justamente galardonada con el Premio L’Oreal a la mejor propuesta de esta edición. “Un jardín flotante” fue el tema sugerido por Duyos, que se basó en un reciente viaje a la isla portuguesa. Sus paisajes y naturaleza deslumbrantes, su artesanía y tradiciones inspiraron el colorido y energía de las prendas. Verdes vegetales, azules y plateados oceánicos, rosados florales, amarillos frutales… combinación vibrante y fortuita de tonos y estampados que representan el colorido exuberante de la isla y sus puestas de sol. Faldas y corpiños realizados con paños de rayas del traje tradicional, jacquares florales de algodón, sedas pintadas con paisajes marinos o jardines, lentejuelas y complementos de mimbre –sombreros, bolsos- trabajados como antaño. Siluetas con volumen y superposición de prendas. Una colección bellísima de prendas variadas, elegantes y con mucha clase.

FERNANDO CLARO: VOCACIÓN DE ALTA COSTURA 

El diseñador sevillano y su hija Beatriz mostraron una colección muy sofisticada, digna de una alfombra roja, en tonos escarlata, blanco/negro y plata. Sus cortes impecables, la suntuosidad de los tejidos y la variedad de líneas hicieron que los looks brillaran aderezados con originales tocados y deslumbrantes joyas. Sedas, muselinas, tul bordado y organzas enriquecidas con glitter en vestidos plisados desde el escote, tops abullonados sobre vestidos fourreau y sastres pantalón de brillantes telas en plata y en negro metalizado. Espectaculares fueron también la serie de vestidos largos y capas en popelín de seda roja. Una de las colecciones más elegantes de la semana de la moda. 

DUARTE: MIRADA AL MEDITERRANEO 

Esta firma urbanita del diseñador Carlos Duarte presentó una colección muy cosmopolita para hombre y mujer en la que predominaba los tonos tierra y azules. Se basó en las texturas y sensaciones de la costa mediterránea, tomando como fuente de inspiración las dunas, las arenas y el mar. Sastrería impecable en chaquetas, bermudas anchas, pantalones, camisas y vestidos fluidos asimétricos con fibras naturales como linos, algodón, seda, denim ecológico pero también tejidos tecnológicos y artificiales como el poliéster y plástico reciclado. Siluetas relajadas y optimistas en rayas, cuadros y pequeños motivos florales pensadas para una colección muy ponible de primavera-verano del 22. 

DOLORES CORTÉS: ARTES DECORATIVAS 

La colección de baño de esta médico internista de Castellón reconvertida en diseñadora de moda, toma como referencia la exposición de las artes decorativas de París de 1925, que se convirtió en el punto de inicio del Art Decó y en un fenómeno de masas con el descubrimiento en Egipto de la tumba de Tutankamón en 1922. Tanto en la temática como en el ornamento aparecen figuras que recuerdan a los frisos mesopotámicos y que nos trasladan a un ambiente árabe. Bikinis sofisticados, numerosos trikinis y bañadores con estos motivos en tonos rosados, azafrán, turquesas y arenas, con efecto mojado muchos de ellos. Siluetas asimétricas y envolventes en las túnicas y caftanes con detalles artesanos de cuentas de madera y tiras decoradas al estilo egipcio y estampados geométricos tan del gusto de la firma. 

HANNIBAL LAGUNA: FUSIÓN DE ARTE Y MODA 

Cosmology es el nombre que ha puesto Laguna a su nueva colección, basada en una piedra sintetizada, Neolith, con la que el diseñador creó 9 esculturas abstractas que adornaron la pasarela. Basadas en esta piedra negra y brillosa, se ha inspirado en sus vetas para crear una colección de vestidos de noche totalmente negros –salvo uno rojo largo y vaporoso que salió a la pasarela el primero- pero llenos de la luz del cosmos. Tejidos traslúcidos en superposiciones, siluetas etéreas, bordados en cristal para reproducir una atmósfera estelar, algunas prendas en plata y motivos geométricos bordados en los tejidos. Una colección muy especial –y espacial- de este gran diseñador. 

ROBERTO TORRETTA: OPTIMISMO ESPONTÁNEO 

Con el diseño y sastrería perfecta que caracteriza a Torretta, su nueva colección contiene confort y versatilidad en vestidos fluidos y relajados y con tendencia al monocolor en malvas, amarillos suaves, verde menta, tostados, hielo y negro. Mezcla de tejidos como las sargas y la seda. Algunos estampados vegetales en vestidos con efecto 3D, chaquetas impecables y hasta un sastre pantalón en blanco luminoso. La noche, moderna, elegante, en tejidos crepados, metalizados en 3D con hilos nobles como el lino, algodón y la seda, trabajados con técnicas avanzadas y sostenibles. Como accesorios, diminutos bolsos en piel. 

ISABEL SANCHÍS: A LA CONQUISTA DEL MUNDO 

La maestría con que Isabel Sanchís transforma los tejidos en maravillosos trajes para eventos y alfombra roja, se hizo notar una vez más en esta edición en una clara simbiosis entre moda y artesanía. La creadora y su hija Paula, con ventas en más de medio mundo, miran al futuro con ilusión una vez que parece que se recupera la vida social y cultural en todos los niveles. En esta colección pone en valor los oficios artesanos de la industria que se han trabajado de forma muy cercana: tejidos especiales, bordadores, plisadores, artesanos del metal, etc. Los drapeados y plisados al bies, muy potentes y habituales en Isabel Sanchís, aparecen en hermosos vestidos con estampación delicada, en capas vaporosas como alas de ángeles, en elegantes troquelados 3D y en briosas estructuras a modo de volantes realizadas con materiales sostenibles. Uno de los voluminosos trajes, en blanco y negro, realizado en su totalidad con botellas de plástico recicladas, era digno de la gala MET. La paleta de colores iban desde el blanco y negro al pistacho, rosa flúor, naranjas y varios tonos de verdes junto a detalles metalizados. 

PALOMA SUÁREZ: DESDE LA PALMA CON AMOR 

La joven diseñadora canaria presentó con gran éxito en unos salones de la emblemática calle de Jorge Juan su brillante colección titulada “Believe”. Paloma Suárez, fiel a su estilo de crear colecciones a partir de una profunda idea de base, piensa que “si crees en los sueños, ellos se crearán, porque creer y crear están a una letra de distancia, y si cuidas las pequeñas cosas, las convertirás en grandes”. Sus glamourosos y llamativos modelos –entre los que ha incluido algunos looks masculinos de cortes perfectos- están por eso llenos de vida. Su idea de slow fashion se basa en la fabricación 100% local de artesanos de su isla natal, La Palma –que tan en el corazón llevamos estos días- con tejidos de efectos tornasolados, glitter o metalizados, con bordados en lentejuelas y aplicaciones de tul, incluso en denim, reciclado de prendas familiares en desuso. Diseños vanguardistas en hermosas chaquetas de patchwork, blusones en organza con mangas abullonadas, camisas livianas con chorreras, faldas de tul con varias capas, bermudas llenas de brillos… Tonos fuertes como el fucsia, azulón, amarillo, rojo, verde, malva. Todo acompañado con sombreros artesanos de mimbre palmero.