SEXO EN NUEVA YORK: MÁS DE 80 VESTIDOS

El origen de la película “Sexo en Nueva York”, estrenada recientemente en España, es la serie americana que se emitió en la cadena HBO desde 1998 a 2004. La serie contaba la historia de cuatro mujeres solteras que rondaban los cuarenta y que vivían obsesionadas con la moda, el amor y el sexo. El tono ácido lo ponía la narradora, una periodista con una columna semanal sobre las costumbres sexuales de los neoyorkinos. Mientras unos vieron en la serie una mirada vanguardista sobre la feminidad y rompedora de tabúes, otros criticaban precisamente la penosa imagen de una mujer alejada de la realidad y bastante “tirada”, aunque vistiera de marca.

Cuatro años después Michael Patrick King, uno de los guionistas y director de varios capítulos, dirige y produce la película basada en la serie. La cinta hereda de la serie el protagonismo de la moda -más de 80 vestidos para Sarah Jessica Parker-, el consumismo compulsivo, una frivolidad que campa por sus respetos, y un elevado voltaje sexual -más medido que en la serie pero igualmente zafio- en conversaciones y escenas.

Las protagonistas siguen siendo igual de histéricas, pero hay algo llamativo: lo que en la serie era un retrato de cuatro devora-hombres, encantadas de su liberal falta de compromiso, acaba siendo en la película un elogio a la familia unida, a la maternidad y a la fidelidad. Lo que queda, en medio de una superficialidad insultante, es simple: cuatro mujeres que, aunque hablen de sexo, necesitan otras cosas… y no precisamente unos “manolos”. Menudo descubrimiento.