EXPOSICIÓN SOBRE EL BORDADO SERRANO

Acaba de ser declarado Bien Cultural Inmaterial, y el Museo del Comercio y la Industria de Salamanca acoge hasta el 3 de julio la exposición “Cultura de Moda. Artesanía del Bordado Serrano”. Se trata de una muestra promovida por Entre 2 y el Grupo de Acción Local ADRISS a través del proyecto de cooperación regional ART-RURAL con la colaboración de varios organismos oficiales locales. Su intención es revalorizar la artesanía, la iconografía y el bordado serrano popular de la Sierra de Francia (Salamanca), a través de la innovación creativa.

Paralelamente a la muestra, se desarrolla un programa de talleres artesanales y jornadas técnicas, uno por semana a lo largo de todos los miércoles por la tarde mientras permanezca abierta la muestra. El bordado serrano ha sido protagonista durante los últimos años de un movimiento social participativo para recuperar esta tradición. La Asociación Red Arrayán de Cultura, Patrimonio y Medio Ambiente, a través de diferentes iniciativas y proyectos, promueve el mantenimiento de este patrimonio inmaterial de la Sierra de Francia. Comenzó con diversos talleres en los que han participado las mujeres de la Sierra bordando y sacando de las arcas familiares paños, camisas, manteles y estandartes. 

El bordado serrano es un bordado de carácter popular, caracterizado por su colorido y expresividad, donde los animales, reales o mitológicos, se entrelazan en un abigarrado ataurique vegetal. Refleja en su iconografía influencias de civilizaciones orientales antiguas, renacentistas y moriscas, como lo atestigua el collarín en la representación de animales, el ataurique vegetal y el ”horror vacui”. 

El horror al vacío que caracteriza esta técnica de bordado hace que todo el campo de la tela se llene profusamente de grecas, cenefas y motivos vegetales en el que se insertan entre los ramajes enmarañados una serie de animales estilizados. La ausencia de la figura humana y de motivos geométricos, el eje de simetría de sus composiciones y sus procedimientos técnicos de punto “al pasado” y a “hilos contados”, son las características básicas que definen y caracterizan el bordado serrano. 

Como elemento cultural vivo, ha seguido su evolución natural, sobre todo a partir del siglo XIX y segunda mitad del siglo XX, con la incorporación de nuevos materiales, tintes químicos y técnicas, abandonando poco a poco el “horror vacui” característico de las antiguas composiciones, haciéndolas más ligeras y caladas, todo ello sin perder la unidad en su elaboración material y sus características propias en cuanto a técnica, motivos, composición y color. 

En la actualidad, se ha mantenido el uso de los bordados en fiestas y procesiones, engalanando los balcones en las fiestas patronales, como el Corpus de la Alberca y el Corpus y la festividad de la Virgen de las Nieves en Mogarraz, que se han convertido en espectáculos únicos para la contemplación de estos bordados. Curiosamente, aun tratándose de paños rituales o manteles para altares, apenas utilizan motivos cristianos en sus composiciones. 

El bordado popular serrano tiene su centro en las localidades de La Alberca y Mogarraz, donde se localizan dos escuelas de bordados de características diferenciadas, a las que se adscriben el resto de los pueblos de la Sierra de Francia: la escuela albercana, caracterizada por composiciones menos abigarradas, en la que predominan los tonos asalmonados; y la de Mogarraz en la que pervive la policromía de los colores tradicionales, a la que se fue sumando el salmón por influencia de la escuela albercana. 

El lino y la lana fueron los materiales básicos para la obtención del tejido. Entre el siglo XI y XVII el bordado serrano se realizaba en lienzo de lino. En el siglo XVII se empleaba la hebra de lana o el estambre fino, que posteriormente será sustituido por la hebra de seda. En los últimos tiempos aparece el algodón, el llamado moliné, que, junto con la seda, sigue siendo el material utilizado en la actualidad. Los distintos tejidos base del bordado eran creados en el telar manual hasta el siglo XIX. 

El colorido tradicional está basado en el rojo, verde, amarillo y azul. El color negro, que se utilizaba para contornear los motivos, es el color utilizado para bordar grandes composiciones de elementos florales y zoomorfos y las mangas de las camisas galanas, especialmente las femeninas. Desde mediados del siglo XX, se impone la policromía y se incorporan nuevos colores: malva, morado, verde hierba, azul cobalto, amarillo dorado, rojo fuego y el salmón. 

Los principales protagonistas del universo iconográfico del bordado serrano son los motivos animales y vegetales. También son muy comunes las representaciones de animales mitológicos como grifos y dragones y, de forma menos habitual, aparecen el gallo, la mariposa, el jabalí, el búho o el perro. Motivo muy representado es también “el árbol de la vida”, tema iconográfico muy utilizado en civilizaciones antiguas. 

En la actualidad, si bien el significado simbólico de estos motivos se ha perdido en gran medida, su iconografía se ha convertido en seña de identidad del pueblo serrano, extendiéndose su uso a otros ámbitos de la vida social y cultural de la zona, como en la decoración de vajillas o prendas de vestir.

Fotos: Archivo y Sol Olivera