CAROLINA HERRERA, PREMIO MAPFRE

La diseñadora venezolana, que figura como un ejemplo de una elegancia moderna y práctica, acaba de recibir un premio que no se basa directamente en sus diseños y en sus fabulosas colecciones. Se trata de un premio otorgado por la Fundación Mapfre a su activismo social, un reconocimiento honorifico que se otorga a quienes dedican su vida a mejorar la de los demás. 

Carolina a través de su posición personal y de su firma ha colaborado en la iniciación y sostenimiento de muchos proyectos sociales que ahora se han reconocido públicamente. La reina Sofía y la infanta Elena presidieron la entrega de los premios de este año, que recogió la propia diseñadora. La diseñadora venezolana, afincada en Nueva York, representa un estilo dirigido a las mujeres del mundo de los negocios que no quieren renunciar a su elegancia sino todo lo contrario. 

Su interés por la moda a empezó muy joven aunque tardó en cimentar lo que más adelante sería una de las firmas de moda más valoradas. Cuando solo tenia 13 años viajó a París con su abuela y allí tuvo ocasión de presenciar una colección de Balenciaga que le causó un gran impacto. Cuando regresó a Caracas organizó una pequeña colección dirigida fundamentalmente a su ámbito familiar y de amistades pero donde aparecía ya su idea de lo que significa una elegancia sobria con tejidos de calidad y una dosis adecuada de sofisticación. 

Pronto relanzó su carrera en Nueva York y sus triunfos han seguido en aumento contándose entre las diseñadoras de una elegancia más sobria pero exquisita. Su carrera se ha visto apoyada además por importantes firmas de cosmética y está extendida entre las mejores clientas de América y de Europa. Ahora el premio de Mapfre se dirige a sus valores personales y en su forma de ayudar a los demás. Enhorabuena.