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LA "PETITE ROBE NOIR" SIGUE EN PRIMERA LíNEA

TENDENCIAS, enero 2009
por Mª José F. Serra | Nº 31
Ángel Schlesser
Ángel Schlesser
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Los franceses lo llamaron "la petite robe noir", los ingleses lo han traducido como "little black dress" y los españoles podriamos llamarle "el vestidito negro" pero, en cualquier idioma, esta prenda continúa como un must imprescindible del vestuario, como la quintaesencia de la elegancia imprescindible y como una prenda básica que ha sabido adaptarse a todos los cambios de la moda. Con unos toques o accesorios adecuados, corto o largo, sigue siendo un básico de éxito seguro en el año 2009.

Coco Chanel fue su inventora y su "petite robe noir" fue llamado en los años 30 por la prensa americana "el Ford de la moda". Como muchas otras de sus creaciones esta idea de Chanel fue supercopiada, pero Cocó no se inmutaba ante esta proliferación de copias tal como declaraba a la revista Harper´s Bazaar "Si no fuera por mis ayudantes no oficiales “mesdames les copistes” ¿A dónde irían las señoras que quieren mis modelos y a las cuales yo no puedo complacer?".

En los años 30 la "petite robe noir" se convierte en el traje favorito para una costumbre recién nacida: el coctel. En esta época demuestra su preferencia por los escotes en la espalda, por tejidos como la seda o el crespón y busca como accesorio ideal las ristras de perlas. A finales de los años 40 el cine presenta un vestido negro que se haría famoso: el de Rita Haywoord en Gilda, con escote bañera, y una linea simple y estructurada.

En los años 50 "la petite robe noir" entra a formar parte de las arquitectónicas creaciones de Balenciaga que le permiten las formas más variadas y en los 60 alcanza un nuevo éxito con el modelo diseñado por Givenchy para Audrey Hepburn en la película "Desayuno con diamantes". En los 70 el negro se hace vanguardista y triunfa arropado por el movimiento punk que tiene su cuartel general en las tiendas londinenses de King´s Road. Entre la exuberancia barroca de los 80 los culebrones de éxito como "Dallas" o "Dinastía" visten a sus protagonistas con trajes de coctel negros.

Como reacción al barroquismo de la década anterior surge el minimalismo de los 90 y el vestido negro se apunta a esta tendencia con unas características especiales: confeccionado en sutil organza o con adornos de encaje. Situados ya en el presente vemos como en sus últimas colecciones Karl Lagerfeld sigue presentando el modelo fetiche de la Casa, "la petite robe noir", que inventara un día Coco Chanel.

Los diseñadores españoles siguen también apuntándose a la "petite robe noir" y destacamos sus creaciones más acertadas. Alma Aguilar en versión fiesta con leggins y una franja de lentejuelas en el bajo, Carmen March sin mangas y con un cinturón con tachuelas de tonos marrones y dorados, Juanjo Oliva propone un modelo de falda con amplios vuelos y llega a la más absoluta sofisticación adornando el bajo del vestido con una franja de plumas, Larraínzar con mangas transparentes y cinturón y puños plateados, Ana Locking recurre al satén para un traje largo de línea simple, Sita Murt lo combina con guantes morados y Angel Schlesser es el que le da más juego: con mangas cortas y acampanadas, combinando charol con gasa, recto, con guantes largos y con el juego sutil de la muselina para un traje de noche.

Ya en el plano del estilismo personal si quieres sacar el máximo partido a tu "petite robe noir" ten en cuenta lo siguiente :

Elige unos accesorios adecuados. Para coctel o noche la "petite robe noir" sigue rimando a la perfección con su accesorio favorito: el collar de perlas. Tambien con los cinturones adornados con piedras de colores, con una pashmina de un color intenso y con unas sandalias con tacón de aguja. Le van las joyas y bisutería de gran tamaño y es un estupendo escaparate para los broches y collares de tipo étnico.

En general se puede romper la monotonía del negro con una chaqueta, unos guantes unos zapatos o un bolso de un color vivo –rojo, morado- y para darle un aire urbano o más sport combinarlo con una cazadora de cuero, unas botas de aire rokero o unas medias de colores.

Hay que saber aprovechar la gran versatilidad de la "petite robe noir". El mismo modelo puede cambiar completamente según la ocasión con un cinturón distinto o un foulard de colores. Su enorme capacidad de adaptación hace que podamos encontrarlo en las boutiques de los grandes diseñadores –como en Chanel, su punto de origen- o en tiendas de gran alcance como Zara.

¡Imprescindible! Requiere un maquillaje de tonos alegres y resulta fenomenal con los labios pintados de un rojo vibrante.

Ana Locking
Ana Locking
Ángel Schlesser
Ángel Schlesser
Juanjo Oliva
Juanjo Oliva

LA "PETITE ROBE NOIR" SIGUE EN PRIMERA LíNEA

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Javier Larrainzar
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Ángel Schlesser

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