SARA NAVARRO: ZAPATOS CON CONTENIDO
ENTREVISTA, junio 2009
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Sara Navarro
Sus zapatos están expuestos en vitrinas, como si de joyas de trataran. El color corporativo de la marca, el cereza, coordinado con el crema, ilumina la tienda ubicada en una céntrica calle de Madrid, donde tiene lugar la conversación con Sara Navarro. Fotografías en blanco y negro de la presentación de sus colecciones, de la fabrica familiar en Elda, y de su abuelo con delantal y sentado en una silla, inmerso en la confección de sus zapatos, como un Geppetto puliendo a Pinocho. Otra fotografía, recibiendo la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes de manos del Rey, en 2005, destaca junto a algunas de sus creaciones
Su aspecto es fresco y sencillo, suave al hablar y elegante en los movimientos. Sara Navarro, nacida en la ciudad alicantina de Elda, pertenece a la tercera generación de una familia de artesanos e industriales del calzado. Su familia es dueña de la empresa Kurhapies y Komfort Spain. Aconsejada por su padre, creó una línea con su propio nombre, Sara Navarro, dentro de la empresa familiar en julio de 1979, lanzando su primera colección en 1980 con tan sólo 22 años y aportando a la compañía un nuevo espíritu de diseño y moda. Se formó en Milán y Florencia en arte y diseño. Veinte años más tarde, creó su propia empresa, Sara World, desde donde idea nuevos proyectos en el sector de la moda, el marketing y la promoción. Está, por tanto, a punto de celebrar seis lustros en el sector de la moda en el calzado.
- Sara, estudiaste Filosofía y Letras y Psicología en la Universidad de Alicante, ¿qué te llevó a dedicarte al diseño de moda y a dar un giro radical a tu futuro profesional?
En mi casa había mucha tradición familiar en el terreno del diseño y la moda en el calzado, yo crecí en ese ambiente, pero elegí la carrera de Psicología porque me interesaba mucho profundizar en el pensamiento humano y tener una base intelectual sólida. Nunca la he ejercido, porque tuve la oportunidad de poder trabajar en cosas creativas dentro de mi propia casa.
- Con 21 años ya creaste tu propia marca, ¿define esa precocidad a una mujer con visión de futuro en la moda?
Empecé a trabajar muy joven en una línea que llevaba mi propio nombre. Pero no fue idea mía. Yo acababa de terminar la carrera y todavía no tenía las ideas muy consolidadas. Fue mi padre quien me animó a que empezara el rodaje en el mundo del diseño, ya que en esos años estaba muy incipiente aún el boom de la moda en España. Mi padre tenía una amplia visión de conjunto del momento de la moda y la empresa. Así que, desde mi formación humanística y los idiomas, me metí de lleno en el mundo del diseño, algo completamente distinto, porque tiene un componente muy técnico. Me marché a Italia a realizar un curso intensivo sobre técnica de diseño, y me lancé de lleno al trabajo.
- Has comparado alguna vez la creación de calzado con la creación literaria. ¿No consideras que el diseño de un zapato es algo mucho más enconsertado que una libre creación abstracta?
Para mí es algo muy natural, porque viniendo de una formación literaria, gustándome tanto leer -incluso en una ocasión patrociné un concurso de cuentos-, preparar una colección es como contar una historia, y en lugar de escribirla en papel la diseño sobre los zapatos. Por ejemplo, en 1992, coincidiendo con el aniversario del Descubrimiento de América, y partiendo de la unión de dos pueblos tan distintos, hice una colección sobre las dos culturas: la simbiosis de una cultura más primitiva con una cultura (la nuestra) más evolucionada y enriquecida por tanta Historia. Hice, partiendo de ese concepto, una colección de zapatos confeccionada con nudos, eslabones, cadenas, todo tipo de elementos que físicamente unen. El juego del diseño es partir de una idea abstracta para plasmarla en elementos concretos.
- Tu última aportación al calzado ha sido crear zapatos con olor, ¿cómo se te ocurrió la idea?
Pensé que un zapato con el tono corporativo de la cereza debía oler... ¡a cereza! En realidad todas mis creaciones deberían oler... La piel esta impregnada del perfume, no es algo externo, el aroma es parte del material, con lo cual no se va el olor aunque el zapato se use mucho y esté desgastado.
-Pero cuando creas un diseño, ¿en quién piensas? ¿Creas lo que te gusta a ti, o lo que te piden tus clientes?
Como digo, el concepto es lo primero que tengo en la cabeza antes de crear una colección. Mis zapatos tienen siempre un contenido, no son zapatos con una tira o una correa sin más; tienen algo que contar, ésa es la parte más creativa. Por ejemplo, en esta última colección de zapatos perfumados, me inspiré en los olores maravillosos de los jardines ingleses, y las sandalias está adornadas con flores multicolores. La fragancia a azahar en la colección para novias, obviamente, está inspirada en la flor fetiche de las bodas.
-¿Tienes en cuenta las tendencias de moda?
Claro que tengo en cuenta los deseos comerciales. Si el mercado demanda tacón muy alto, a mí me gusta ofrecerlo. También la obligación de los diseñadores es abrir camino a los cambios. A la evolución de la moda en general, yo le doy un tema concreto, un estilo, inspirándome en ideas que me vienen de episodios de la revolución francesa, de Egipto, de la revolución industrial, de los jardines ingleses, del clasicismo romano...
- ¿Te está afectando la crisis?
Lo noto. ¿Y quién no? Pero creo que estamos más bien en un momento de cambio, en el que hay que consumir de una forma más inteligente y más concienciada. Hay que ceñirse a lo que realmente se necesita, el consumo tiene que volverse más racional y pagar las cosas por lo que valen. Lo importante es conservar lo que merece al pena: el trabajo bien hecho. Mis zapatos son artesanales, con unos márgenes muy razonables y hasta escasos, y es que estos zapatos tienen una mano de obra muy valiosa, están hechos en España por artesanos españoles que llevan detrás la tradición de muchas generaciones. Están fabricados en Elda, y éste es un gran tesoro que tenemos que cuidar los españoles frente a la producción extranjera. Y más el calzado en España, que es un producto emblemático en nuestra industria y muy valorado fuera.
- Estás presente es ferias, nacionales y extranjeras, tus zapatos están en las presentaciones y colecciones de moda, estás en plena expansión. ¿Cómo consigues mantenerte en primera fila?
Organizándome muy bien el tiempo. Pienso que habría que estar más presente, todavía más, pero como la cabeza va más aprisa que la propia vida, tampoco puedes “morir” en el intento. Es suficiente con mantener el equilibrio y hacer las cosas bien.
- Como mujer empresaria, ¿qué piensas de la conciliación de la vida familiar y profesional que tanto se empieza a valorar?
Es muy importante. Yo estoy ahora mismo en una Asociación de Mujeres Empresarias, de la que soy vicepresidenta, y trabajamos mucho por los temas de la conciliación del mundo laboral y el familiar. Mi empresa es toda de mujeres, comprendo la problemática de las mujeres y doy facilidades para que se pueda conciliar el trabajo y la familia. Yo estoy casada, de forma tardía, y aunque no tengo hijos soy bastante flexible. Como la empresa es mía, yo misma organizo mi propio horario para llegar a todo sin que mi familia quede relegada. El equilibro en la vida privada es importante para rendir en el trabajo.
- ¿Cómo es para ti el zapato ideal?
Para mí no hay un zapato ideal, mi zapato ideal es el que es adecuado en cada ocasión. Puede ser plano, puede ser una sandalia o puede tener una taconazo, según el momento. Ahora bien, el tipo de zapato que a mí me gusta en concreto son dos: la sandalia de tiras tipo romana, que ahora está muy de moda, pero que a mí siempre me ha gustado mucho; y la bota tipo patinadora, con cierres de ganchitos. Siempre he tenido estos dos tipos de calzado en todas las temporadas.
- ¿Cuántos pares de zapatos tienes en tu armario?
No te creas que tengo muchos. Antes tenía a mano como 100 pares, pero ahora me he vuelto más organizada e intento tener los que uso en ese


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