LA NANOTECNOLOGÍA CONQUISTA LA MODA
OPINIÓN, Enero 2016
Google glass

Textiles inteligentes
Dentro de un corto tiempo nuestra ropa y nuestros accesorios no serán “sólo” ropa y accesorios. ¿Cómo? Con la incorporación de la nanotecnología a tejidos, prendas y adminículos que nos acompañan todos los días; es decir de, con una explicación simplona, mecanismos informáticos, ordenadores reducidos a su mínima expresión que nos permitirán desde controlar nuestra salud, nuestras constantes vitales, hasta aumentar nuestra bienestar. Esto no es ciencia-ficción ni el sueño de una noche de verano (o de invierno): “el desarrollo de prendas de vestir inteligentes –dicen los expertos- es ya una realidad”.
Las novísimas “google glass”, las gafas que nos permiten recibir información constante si así lo deseamos, o los relojes “listos” son sólo nuestra muestra – quizá la más espectacular y la que ha despertado la fiebre por poseerlos en los “tecnoadictos”, aunque los precios son aún casi prohibitivos- de las muchas ropas interactivas que están ya en el mercado o a punto de lanzarse.
Hasta tal punto esta novedad y esta tendencia son fortísimas que en Norteamérica se habla ya de widgets, de “artilugios” para denominar una cada vez más amplia gama de productos de vestir que pueden ser útiles desde los bebés a los deportistas De la industria textil al calzado, la nanotecnología convierte ropa y zapatos en “algo más”… Más útil y más innovador.
En España, por ejemplo, la empresa Nurtel, dedicada a la confección de ropa interior, posee ya una gama de productos en la que el textil se alía con la cosmética: esta firma catalana incorpora a las tradicionales fibras de nylon varios cosméticos: las microcápsulas que están en el interior de las fibras y su liberación paulatina, a medida que se va usando la prenda, tiene efectos hidratantes y reafirmantes, pasando por antioxidantes e, incluso, el llamado “efecto frescor”.

Sudadera inteligente

Ropa tecnológica

Ropa nanotecnológica
LA NANOTECNOLOGÍA CONQUISTA LA MODA
De momento, esta incorporación de la micro informática a la ropa obtiene su mayor éxito en la ropa deportiva. Las nanopartículas incorporadas a un chándal, por ejemplo, son capaces de repeler el agua; también pueden tener propiedades antibacterianas que anulan los micro organismos directamente relacionados con el sudor y, con ello, anulan el mal olor que puede desprender esta indumentaria y, sobre todo, las zapatillas.
Esta “wearable technology” – tecnología para llevar puesta, como se denomina en los Estados Unidos- es comúnmente conocida como “ropa tecnológica”… Y su futuro parece tener un largo y lucrativo recorrido: la compañía financiera CreditSuisse augura que, en unos cinco años, las prendas tecnológicas serán un negocio que moverá en torno a los ¡cincuenta mil millones de dólares!
Estos micro dispositivos incorporados a la ropa pueden – y así lo hacen- transmitir datos relativos a nuestras constantes vitales y a nuestro entorno; incluso permiten la generación de energía para consumo mediante nuestros movimientos a través de las llamadas “fibras nanoeléctricas”.

Ropa interior cosmética
Tal vez por ello uno de los sectores en los que esta ropa puede resultar más útil es en la sanidad: permitiría el chequeo inmediato de las personas enfermas de modo que el médico pueda saber de inmediato cuando se necesita su ayuda.
Veamos algunos ejemplos tan sorprendentes como esperanzadores: ya existe y se vende ropa para bebé que permite prevenir la temible “muerte súbita” del lactante: cuenta con una placa de poliuretano elástico y unos sensores que controlan la respiración y el estómago del bebé.
La compañía Heapsylon lanzó recientemente los calcetines Sensoria, provistos de sensores capaces de evitar lesiones o detectar, en la gente mayor, pérdida de equilibrio. También pueden contar pasos y escalones.
En Canadá, la Universidad de Concordia y el Instituto de estudios digitales Goldsmith College’s han creado un prototipo de prenda hecha con diferentes tipos de sensores inalámbricos que permiten realizar el seguimiento de una amplia variedad de marcadores biológicos: la temperatura, el pulso, la respiración… La información se recopila en una base de datos y desencadena una respuesta cuando detecta que el usuario está en un punto emocional determinado, preferentemente deprimido; la base de datos envía órdenes a la ropa para tratar de cambiar el estado de ánimo de la persona.
InteraXon, con base en Toronto, ha creado una cinta que, ceñida a la cabeza, permite controlar mentalmente el móvil, la tablet o la televisión.
Especialmente pensado para los trabajadores de la construcción, la Universidad de Ciencias de Tokio ha creado un traje de músculos artificiales que funciona por la presurización de aire generada por componentes eléctricos y que permite levantar sin esfuerzo entre quince y veinte kilos de peso.
Y esto seguirá y seguirá… Hasta que un dispositivo en el traje de noche de las princesas les avise de que su carroza está a punto de convertirse en calabaza y no se lleven sorpresas desagradables ni pierdan, por correr, su zapatito de cristal.