EL "BAILE" DE LOS GRANDES DISEÑADORES
OPINIÓN, Febrero 2016
Raf Simons

John Galliano
La Alta Costura de París ha marcado una vez más el punto álgido de las colecciones de moda primavera-verano y ha puesto de manifiesto algo que asola a la moda actual: el “baile” de diseñadores, los cambios repentinos de los grandes creativos enrolados en firmas de prestigio pero empujados por el ritmo vertiginoso de la moda, que han marcado incluso episodios de stress y de agotamiento emocional en algunos de ellos. El mensaje es que la moda, a todos los niveles, se considera ante todo un negocio que exige cambios exhaustivos y sorpresas continuas para triunfar o hasta para sobrevivir.
En esta Semana de la Alta Costura de París, la Casa Dior ha presentado su colección pero… lo ha hecho de la mano de un equipo creativo casi anónimo, porque no ha querido precipitarse en elegir sucesor de Raf Simons, el diseñador que dimitió en el mes de octubre, y que había entrado en la casa en abril 2012 -después de la salida de John Galiano- y que supo adaptar sus tendencias minimalistas al lujo y ostentosidad de Dior, creando un diseño equilibrado que subió un 16% las ventas de la firma en el último año. ¿Quién será por fin el sucesor de Simons? Esta es una de los misterios que la Alta Costura nos depara.
Como contraste comprobamos la “adaptación” del antiguo cerebro de Dior, John Galiano, fichado por la firma Martin Margela, demostrando en su colección al frente de la casa belga que es posible embridar el ego sin que la creatividad quede condicionada. Su milagrosa transformación ha sido palpable al verle saludar al final de las colecciones discretamente vestido, incluso con la bata blanca de costurero, cuando estábamos acostumbrados a verle en Dior saludar vestido de torero, de indio o de capitán de barco. ¿Será capaz de perseverar en este cambio radical?

Alber Elbaz

Alexander Wang

Nicolas Ghesquiere
EL "BAILE" DE LOS GRANDES DISEÑADORES
Otros destacados diseñadores han sorprendido abandonando la firma de sus aparentes grandes triunfos. En este último año, Alber Elbaz se ha despedido de Lanvin después de 12 años de colaboración continuada, y la firma se ha presentado a la Semana de la Alta Costura de París sin tener marcado todavía un sucesor. Alexander Wang ha dejado Balenciaga a los tres años de su desembarco después de haber sustituido a otra marcha “sorpresa”, la de Nicolas Ghesquiere, que había elevado ostentosamente la firma pero que fichó por Louis Vuitton. Y, por último, el rumor que circula por todo el mundillo de la moda es el próximo abandono de Hedi Slimane de la maison Saint Laurent, cuando había llevado a la firma al primer lugar de la clasificación general.
Estos son algunos de los datos más significativos, pero el debate está en el fondo de la cuestión. Como apuntaba la gran periodista de moda Suzy Menkes, “a los diseñadores que por su naturaleza son personas sensibles, emocionales y artísticas se les pide desmesuradamente”. No es racional ni casi humano tener que responder al año de dos colecciones de Alta Costura, otras dos de pret-a-porter, dos colecciones crucero, ocuparse de campañas publicitarias, controlar la calidad artística de las fotos ete, etc.

Hedi Slimane
Quizás pueda ser normal que firmas tan valiosas como Zara cambien de modelos cada 15 días pero es que todas las firmas comerciales de gran difusión parten de otros planteamientos, se “inspiran” en otras fuentes y parten de patrones de aquí y de allá, pero no son producto de un esfuerzo creativo continuado, personal y exclusivo.
Sería el momento de plantearse que la moda “con mayúscula”, como todo lo relacionado con el terreno del arte, necesita tiempo y serenidad, temporadas menos cortas y abrumadoras para poder diseñar con pasión y con mimo, sin tener que hacerlo contra reloj y poner a los creadores al límite de sus fuerzas.