CAROLINA HERRERA: EL CHIC AMERICANO

La colección prêt-à-porter Primavera-Verano de Carolina Herrera, la diseñadora venezolana afincada en Nueva York, se mueve dentro de su peculiar chic y en su vertiente más llevable y urbana.

Va dirigida sobre todo a mujeres que quieren seguir un estilo femenino y elegante sin dejarse bloquear por las tendencias dominantes pero dentro de las líneas maestras que marcan la moda da la temporada.

Carolina Herrera es un punto fuerte del mercado de lujo, pero la otra cara de su producción, mucho más asequible, ha contribuido a disparar su popularidad cimentada en España por sus tiendas en distintas ciudades de nuestro país. En su colección para Primavera-Verano, que presentó en la Semana de la Moda neoyorkina, ha buscado la inspiración en los años 50, una tendencia que ya se insinuaba en su colección de Otoño-Invierno. Una referencia al pasado pero adaptada con una gran maestría y sentido contemporáneo.

Los detalles creativos y originales asoman en algunos de sus modelos en los que domina una simplicidad muy urbana: detalles plisados en sus esquemáticos vestidos de punto o rosas de tela sobre sus trench en blanco y negro.

Los principales protagonistas de su colección son los vestidos sencillos y fáciles de llevar, con formas suaves y tejidos ligeros. Los colores dominantes son el negro, el rosa, el tiza, el rojo, el naranja, sin olvidar la incombustible elegancia del blanco y del negro.

Tonos suaves para los estampados que oscilan entre el rosa, el fucsia o el burdeos; y faldas en movimiento para combinar con blusas blancas de aire naif. Para la noche exhibe a tope su glamour que nunca traspasa los límites del buen gusto ni se adentra en los términos de lo vulgar. “-La desnudez no es moda -dice la diseñadora. Es una forma de llamar la atención”.

El modelo que cerraba la colección era un traje de noche en tul bordado con cintas. Otro de línea más recta presentaba una banda en la cintura que lo dividía en dos tonos fundamentales: rosa profundo y rojo. Trajes de gran fantasía con detalles muy trabajados pero que en manos de Carolina Herrera parecen algo fácil que emerge en el complicado mundo de la moda casi por arte de magia.