LA EXTRAVAGANCIA SECUESTRA LA MODA
OPINIÓN, Junio 2019
Katy Perry

Lady Gagá
El primer lunes de mayo nos muestra año tras otro el evento más importante del mundo de la moda. Se trata de la Gala benéfica MET que inaugura la magna exposición del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, y que viene a ser una demostración de fuerza de la industria de la moda. Cada año estrena una temática muy concreta y la de mayo del 2019 ha sido “CAMP. Notes on Fashion”, inspirada en el término “camp” que usó Susan Sontag y que la autora define así: “La esencia de lo camp es su amor por lo antinatural, el artificio y la exageración”. Algunos asistentes a la gala han luchado con notable esfuerzo para llevar al limite estas notas pero lo malo es que muchos lo han hecho añadiendo otra nota por su cuenta: el mal gusto.
El Metropolitan de Nueva York cuenta con un departamento dedicado a la Historia de Traje y de la Moda, “Costume Institute”, para el que se organiza cada año desde 1946 este evento que recaba fondos que financien sus actividades. La famosa Gala MET ofrece una espléndida cena, actuaciones musicales y otros entretenimientos, y cuenta sobre todo con el mayor número de personajes famosos del mundo del arte, de la moda y del espectáculo capaces de concentrarse entre las cuatro paredes del Metropolitan a pesar de que el desembolso de la entrada supone un donativo de 35.000 dólares. Pero parece que vale la pena ser generoso si con ello se mantiene el tono artístico de la moda y sobre todo si se consigue traspasar las barreras de la fama a nivel mundial solo figurando en las listas de asistentes.
Desde el año 1995 la gala MET ha entrado en una fase todavía más especial al ser nombrada “gran jefe” de su organización la todopoderosa directora del Vogue americano, Anna Wintour, una mujer muy original cuyos desplantes y ambiciones se han encargado de reflejar incluso algunas películas como por ejemplo “El diablo se viste de Prada” .
Anna Wintour ha impuesto en la MET unas leyes absolutas e intransferibles que se refieren a algunos aspectos de la gala, por ejemplo no distraer la atención del publico con el uso de los móviles, una superorganizada llegada de los invitados y distribución de los puestos, no tolerar que los invitados no se sienten a la mesa con su pareja verdadera y cuando no es así, la Wintour se encarga de enmendar las cosas y que todo discurra sin un fallo protocolario.

Diane von Furstenberg

Jared Leto

Cardi B
LA EXTRAVAGANCIA SECUESTRA LA MODA
Pero resulta bastante extraño que esta firmeza y minuciosidad no se contemple a la hora de trazar un “dress codex” sobre cómo visten los invitados aun siguiendo las directrices del tema del año. Es verdad que algunas famosas asistentes muestran vestidos artísticos y supercreativos de los diseñadores más destacados pero otros nos dejan sin habla por la falta de tino y buen gusto, el afán exhibicionista o la falta de decencia mas elemental.
En la gala de este año algunos han querido exagerar tanto a su modo el estilo camp definido ya de por sí como “un concepto irónico y extravagante” que más bien parecían personajes protagonistas de una película de terror, de un cursi cuento de hadas o de un baile de carnaval.
Entre las apariciones más destacadas que han mostrado las imágenes de este año están el atuendo de Lady Gagá luciendo 4 looks distintos en una única aparición a base de quitarse capas de ropa sucesivamente, primero con una gran capa en rosa fucsia, un vestido negro, otro rosa para quedar en la última versión en paños menores y medias de rejilla, un numerito que el riguroso “dress codex” de la Wintour no tuvo en cuenta para nada ya que la forma de vestir no cuenta por lo visto en las transgresiones en un evento ¡dedicado a la moda!

Jennifer López

Uno de los extravagantes asistentes

Un invitado

Anna Wintour, muy elegante

Penélope Cruz, de Chanel

Otro invitado
Se vieron también sobre la alfombra roja el vestido candelabro de Katy Perry, a Jared Leto llevando en sus manos una réplica de su cabeza como si hubiera sido decapitado, el exhibicionismo corporal de Jennifer López y Kim Kardashian y… muchas cosas más. Es curioso que Anna Wintour no participara ni de lejos en estos intentos carnavalescos luciendo un maravilloso traje sembrado de flores de lentejuelas y una capa de plumas rosa que era precisamente el último modelo que había diseñado Karl Lagerfeld antes de su muerte y que la situó entre las asistentes –que las había también y muchas- vestidas con gran acierto.
Se especula con que la Wintour dimitirá pronto como directora del Vogue y en consecuencia dejaría de liderar el MET, pero sería bueno que ella o sus sucesoras intentaran un “dress codex” que tuviera como música de fondo anteponer el sentido común a la insensatez, la elegancia a los excesos, el buen gusto a la extravagancia desenfrenada, la decencia a la procacidad, el artificio a la naturalidad.
El MET necesita de urgencia tener unas normas básicas que, sin recortar la originalidad inicial de sus temas, nos librase de fallos que, más que afectar a la organización y el protocolo, afectan a la misma esencia del acto: la dignidad y la categoría de la industria de la moda.