¿CUÁL ES LA FÓRMULA DE LA BELLEZA IDEAL?
OPINIÓN, Julio 2019
"La belleza está en el interior"

Descubrir la fórmula de la belleza
Según el estudio presentado por STANPA (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética), en el año 2018 las españolas gastamos 7.000 millones de euros en productos de perfumería y belleza situándonos en el quinto lugar del mercado europeo. Su incremento ha sido del 2% en el cuarto año consecutivo. ¿Qué productos son los más solicitados? La cosmética del color figura entre la preferida: el maquillaje de ojos creció un 7%, el facial el 5,5 y los labiales el 4,7%. A esto se añade un continuo incremento de tonalidades y variaciones para satisfacer los distintos gustos y necesidades y para que cada mujer pueda reafirmar su propia identidad.
Todos estos datos son una prueba, de las muchas que podríamos aportar, de una realidad palpable: la importancia de la imagen. Solo que la belleza tiene unos ámbitos bastante más amplios que los que la cosmética puede cubrir. Existe un romántico cuento que ha protagonizado muchos espectáculos musicales y una película de la que se han realizado distintas versiones, “La bella y la bestia”, que tiene un encantador mensaje: “La belleza está en el interior”. O sea que además de una bien dosificada cosmética y otras tretas de la estética medicalizada del momento actual, la verdadera belleza es la que relaciona adecuadamente el alma y el cuerpo, las cualidades físicas y las morales.
La revista americana “Health psychology” hizo público un estudio que revelaba que las mejores medicinas contra determinadas patologías son virtudes psicológicas personales como el optimismo y la templanza. Recordando las tres virtudes esenciales que Platón recomendaba a sus contemporáneos –fortaleza, templanza, sabiduría- científicos americanos, israelíes y canadienses confirmaban en esta revista la ligazón entre el alma y el cuerpo.

Optimismo en toda circunstancia

Aumento del gasto en cosmética

Sonrisa y buen humor
¿CUÁL ES LA FÓRMULA DE LA BELLEZA IDEAL?
No hay duda de que la salud y el buen aspecto exterior tienen mucho que ver con las batallas que se libran en el interior de nosotros mismos que no consiguen disimular ni la ultimísima tonalidad de nuestro maquillaje preferido. El famoso slogan “La cara es el espejo del alma” no ha perdido actualidad a pesar de todas las evoluciones estéticas y los avances cosméticos que pregonan las firmas como elementos de una belleza espectacular.
Tener en cuenta la importancia del atractivo personal, utilizar con sentido común y moderación las posibilidades de la cosmética pueden hacer la existencia propia y ajena más agradable y placentera. Sin embargo no se puede hacer de estas prácticas el móvil preeminente de nuestra existencia porque el batacazo es seguro a pesar de que la publicidad quiera convencernos de que es el medio mejor para hacernos más jóvenes y más felices. En nuestro mundo postmoderno, donde todo se relativiza, es bueno asentar la belleza en unos principios sólidos que tengan en cuenta la actitud interior y la opinión ajena.

Solidaridad y preocupación por los demás
La belleza en primer lugar necesita interpretarse en claves de optimismo y buen humor con un sentido de la vida que la pone en sus justos límites y no la convierte en clave insustituible de nuestra existencia. Una sonrisa que nace de dentro, una actitud interesada hacia los problemas ajenos, un tono de serenidad ante cualquier acontecimiento pueden ser una base estupenda aunque las arrugas del rostro no desaparezcan en la proporción y rapidez que promete la última y sensacional crema, ni el último color de labios que hemos elegido no nos parezca el más acertado. Los buenos sentimientos en cambio pueden convertirse en un maquillaje “de fondo”, en una fórmula maravillosa y eficaz que nunca falla.
Georges Elliot lo interpretaba de una forma sencilla y poética: “Los sentimientos humanos como los poderosos ríos que bendicen la tierra, no esperan la belleza, fluyen con fuerza irresistible y llevan la belleza consigo”.