MIRIAM OCÁRIZ: UNA EQUILIBRADA FANTASÍA

La diseñadora bilbaína que ha vuelto a revalidar sus éxitos en la Pasarela Cibeles ha optado para esta temporada primavera- verano por una colección en la que se mezclan la fantasía y la sofisticación con una perfecta interpretación de los volúmenes En sus diseños se aprecia el impacto del color y la originalidad de unos estampados que recogen facetas del arte y la naturaleza.

Los fruncidos, los drapeados, las chorreras, los mini volantes superpuestos las lazadas y los vuelos controlados sirven para despegar el modelo del cuerpo y dan a los vestidos de Miriam Ocáriz–la prenda estrella de la colección- una gran fluidez y movimiento. Los leggins y los pantalones pitillo adquieren un gran protagonismo. Los tejidos se adaptan a estas estructuras Abundan en la colección el crep elástico, que define de maravilla sus recogidos y drapeados, la seda, los algodones ligeros, la gasa.

La diseñadora se apunta al dominio del blanco, tan patente en la moda primavera verano de este año, pero se arriesga a un color que despunta en la pasarela como un globo de fantasía: el rosa chiclé. Sigue con sus personalísimos estampados dibujados por ella misma. La ficción y la realidad se dan cita en los trampantojo con puntillas y lazos o cinturones pintados. En las formas juega con los drapeados o la linea A, con el bajo recogido, o deja que las faldas amplias –algunas con la ayuda del can-can-casi se volatilicen con la ligereza de las telas.

Su faceta artesanal destaca en sus dibujos y estampados. No hay que olvidar que su estilo se popularizó a raíz de una camisetas estampadas dibujadas por ella misma que alcanzaron un gran éxito. La diseñadora se inspira con frecuencia en el arte contemporáneo. Le gusta recrearse en el expresionismo de Egon Schiele y en el cine americano de los años 40 o 50 aunque también traslada a sus modelos sus propias vivencias personales. Sus modelos están impregnados de cotidianeidad, de lo que ve en la calle, de los pequeños sucesos que pasan en el mundo.

Para Miriam Ocáriz la moda debe de ser ante todo ponible, con una imagen equilibrada y real, aunque tampoco desdeña el efectismo de algunos diseñadores de su generación que basan sus creaciones en un mundo teatral y fantástico. Considera que la moda es un conjunto de cosas que traspasan los límites de la ropa, es una manera de estar en el mundo y solo adquiere significado cuando baja a la calle y se convierte en una forma de expresión. Su colección, llena de serenidad, fantasía y buen humor, son una prueba viva de sus convicciones y de su particular idea de la moda.