HOMENAJE A MANUEL PIÑA
CULTURA, septiembre 2007

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El Museo de Manuel Piña en Manzanares, su ciudad natal, empezó su andadura en el mes de mayo, pero la inauguración oficial del Museo, prevista para septiembre, irá acompañada de un emotivo homenaje : el diseñador manchego, uno de los primeros “heroes” del Cibeles, será nombrado socio de honor de la Asociación de Creadores de la Moda de España. Un reconocimiento merecido a una trayectoria corta pero singular , que abrió nuevos caminos a la moda española.
Manuel Piña siempre fue un enamorado de su tierra. En una entrevista que tuve ocasión de hacerle pocos meses antes de que la enfermedad truncara su vida, me dijo que había nacido en Manzanares, pero que puntualizara Manzanares de la Mancha porque en la geografia española hay cinco pueblos con este mismo nombre y el se sentía muy orgulloso de su origen manchego.No es de extrañar que Piña legara a su ciudad natal 120 piezas artesanales y únicas de su firma, 75 de las cuales figuran en el museo y el resto se están restaurando y clasificando con la idea de organizar exposiciones temporales o colaborar con otras instituciones o museos.
“Queria que algún dia sus modelos se mostraran en una cava quizás porque pensaba que su estilo casaba con la singularidad de este espacio” dice Alex Serna amigo de Piña y diseñador y ejecutor del Museo. Hace cuatro años empezaron a restaurarse las cuevas de una antigua casona del siglo XVl situada en el centro de la población perteneciente a la familia Merino en las que se guardaba el vino y los alimentos durante los calientes veranos de La Mancha. En estas cuevas había recalado Santa Teresa de Jesús durante sus recorridos por las tierras manchegas. Ahora se han convertido en un mágico espacio abovedado con recovecos y pasillos estrechos y unas luces suaves destinadas a albergar parte de la etapa creativa de Manuel Piña que discurre entre mediados de los 80 hasta 1990.
El hilo conductor de la exposición, que abarca cuatro salas repartidas en 300 metros cuadrados, es el juego entre las sombras. Asi lo quiso el diseñador tal como puede leerse en una frase escrita de su puño y letra y reproducida en uno de los muros pintados de blanco “La sombra de los hombres es a veces más humana y más real que los propios hombres”
En la primera sala de la exposición están sus abrigos de mohair, después otros modelos que nos recuerdan sus creaciones con charol y macramé. En la tercera sala, centrada en los años 90, descubrimos su manejo de los materiales más diversos como cuero, serpientes teñidas y aplicaciones metálicas de aspecto futurista… En la ùltima parte del recorrido hay un extenso panel con los nombres de los amigos de Piña: diseñadores, fotógrafos , artistas y una entrañable foto del modisto con su pañuelo anudado a la cabeza junto a su madre Sebastiana. También está su perro Oto fiel compañero de sus paseos matutinos por el Retiro madrileño.
Recuerdo que Piña me dijo en la entrevista que su aspiración era “diseñar ropa con alma” y “crear emociones por medio del diseño”. Las creaciones que se exhiben en el museo demuestran que consiguió estos objetivos a pesar de su vida truncada demasiado pronto.



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