BALENCIAGA: EL SELLO MULTICULTURAL

Desde el año 1998 Nicolás Ghesquière es el director artístico de Balenciaga. En las últimas temporadas ha sabido demostrar más que nunca que, respetando las líneas esenciales del maestro, se puede dar una magnífica lección de elegancia moderna. Ghesquière se ha visto encumbrado en la primera línea de los grandes gurús de la moda actual. En su colección pret-a-porter otoño-invierno ha manejado con maestría símbolos y colores multiculturales.

Su mayor logro en la colección otoño-invierno está en la coherencia de sus creaciones y a la vez en su falta de preceptiva o actitudes que pudieran rozar la imposición. Ghesquière quiere que todas las mujeres encuentren su oportunidad y les ofrece un montón de posibilidades. Ha buscado su inspiración básica en múltiples referencias culturales: pañuelos palestinos que utiliza como refinadas bufandas orladas de flecos dorados, túnicas africanas, kimonos y otros motivos de inspiración oriental, o del Este europeo…

Dominan en la colección los pantalones jodhpur, las faldas cortas, las mezclas estilo patchwork, las chaquetas cortas y muy entalladas, ribeteadas o con detalles de piel. Las sandalias y zapatos multicolor acompañan siempre a las medias tupidas y de distintas tonalidades.

Pero como contrapeso a este despliegue de moda joven y colorista encontramos tradicionales chaquetas tipo western, sastres ingleses en terciopelo verde, abrigos tiroleses, smokings, blazers… Destacan algunos modelos de tweed en blanco y negro quizas porque Ghesquière sabe que Balenciaga coincidía en esto con Chanel, una gran amiga del maestro hasta que fue blanco de uno de los característicos enfados de la genial Cocó…

Los jerseis a rayas o con rombos marcan la linea más deportiva de la colección en la que no faltan tampoco los dibujos exóticos o geométricos y los corseletes anchos tan prodigados en la moda actual que incluso acompañan algunos de sus impecables abrigos negros.

No hay duda de que Ghesquière se ha convertido en una gran figura de la moda actual. Desde su primera colección en la Casa Balenciaga en la que reeditó una linea arquitectónica en blanco y negro hasta hoy, este creador ha ido evolucionando y concretando con éxito sus propósitos: “Yo no quería rehacer lo que Balenciaga ya había hecho -ha declarado-. No quiero que haya confusión entre el pasado y el presente. Es un lujo contar con este patrimonio y al mismo tiempo poder vivir y trabajar el presente. No me considero su heredero pero tengo una responsabilidad hacia sus creaciones, su trabajo y su historia y no quiero traicionar todo esto reinterpretándolo.”