EL HOMBRE SE VISTE PARA LOS ÚLTIMOS FRÍOS

Terciopelo mezclado con lana o cuero, sombreros años 30, chalecos y trencas, son las prendas y tejidos que mandan en estos meses de frío, los más crudos del invierno. Los tonos son: blancos, negros y todas las tonalidades de grises con algún toque de color cobrizo en bufandas u otro complemento. El calzado se decanta por el cálido botín.

Las tendencias que triunfan son: 

Los cuadros escoceses.- Clasicismo con un cierto look de leñador: muchos cuadros escoceses y rayas en trencas e incluso en pantalones. También las camisas de cuadros con cuellos y puños en blanco, el abrigo marinero y las corbatas finas en colores llamativos. Todo ello para el día. Por la noche, el negro y el gris inundan los trajes de corte clásico en terciopelo y sin grandes innovaciones que otorgan al hombre un toque de elegancia y masculinidad. Los complementos más representativos son el sombrero borsalino y los shoppers de inspiración escocesa. El americano Tommy Hilfiger se apunta a esta tendencia en su colección de invierno. 

Terciopelo muy british.- Esencia british en materiales innovadores y de buena calidad, como el terciopelo para unas chaquetas de corte clásico y tradicional. Los colores, oscuros como el marrón en todas sus tonalidades, también el gris y el refinado negro. Algunos toques claros, pero en tonos neutros como el blanco o el beige. Trajes de chaqueta de raya diplomática y doble botonadura. Muchos chalecos, incluso con bordados en las solapas y muy cuidados en sus acabados. Al diseñador británico Paul Smith le encantan. 

Estilo rockero.- Cierto estilo rockero y punk de los años 80 se repiten en prendas inspiradas en las tribus callejeras, pantalones y cazadoras realizadas en abrigado punto, piel y napa con toques metálicos. Sin embargo, persiste el clasicismo de la sastrería tradicional en materiales como la franela, o en los acabados en cuadros Príncipe de Gales y raya diplomática, a los que se aplican tachuelas o incluso calaveras, en una mezcla insólita. En cuanto a los colores, y recordando las nieves invernales, propone el negro, el plateado y el blanco. El inglés John Richmond los ha presentado en su última colección.

Comodidad cien por cien.- Pantalones de pinzas amplios con americanas y parkas de aspecto cómodo y suelto. Las parkas se renuevan con detalles originales, como capuchas exteriores superpuestas en la prenda o realizadas con materiales más innovadores, como el plástico acharolado. La gama cromática oscila entre el blanco crudo, el gris, el marrón muy oscuro y el negro, con alguna prenda en tonos rosa y berenjena. Es el clasicismo del catalán Antonio Miró y el minimalismo y sencillez de Narciso Rodríguez.

Inspiración étnica.- Prendas para el más crudo invierno, muy cómodas por su amplitud, como mantones, ponchos y capas de zorro plateado y visón rasurado en tonos naturales y chocolate. Pantalones sueltos y abrigadas chaquetas y jerséis en lanas de punto muy grueso y crochet. Francis Montesinos los trae en su propuesta.

El mundo de la hípica.- Pantalones ajustados y botas altas para el día, completados con un trench amplio como prenda básica, ya sea en tejido de gabardina o en pura lana. Se emplean también el algodón, la piel y el plástico para cinturones, cremalleras y otros pequeños detalles. Para vestir la noche, conjuntos de pantalón y cazadora en negro, todo muy ajustado, con pequeños detalles en lentejuelas plateadas. Antonio Alvarado los sacó en pasarela esta temporada.

Clásico y moderno.- El hombre se viste con una elegancia refinada a través de la gran calidad en los materiales -lanas, cachemir- en prendas de corte deportivo como las cazadoras y los polos y muy pocas camisas y corbatas. Los tonos con más éxito, los oros, cobrizos, amarronados, cremas e incluso plateados. Prada y Jil Sander los llevaron a Milán.