CAROLINA HERRERA PRIMAVERA-VERANO: UNA EXPLOSIÓN DE COLOR

“Se trata de una explosión de color inspirada en las acuarelas de Jeremiah Goodman” decía Carolina Herrera al finalizar la presentación de su colección para la primavera-verano 2008 en el Bryant Park de Nueva York. Tonalidades azules, verdes, rosas, naranjas, burdeos, todo el colorido de las acuarelas de Goodman aparecen en esta colección súper femenina y llena de detalles imaginativos y del gusto más refinado.

En efecto, el pintor neoyorkino que ha proyectado el interiorismo de las grandes mansiones de Hollywood, las casas de Greta Garbo, de la Duquesa de Windsor y de otras primeras figuras de la jet internacional del pasado siglo, han sido el eje de la inspiración de esta colección. Un verdadero contraste con la anterior colección de Carolina Herrera inspirada en el tenebrismo de Edgard Munch. En esta todo se ha impregnado de un aire colorista y refrescante con contrates precisos entre la sencillez y la sofisticación.

En la gran mayoría de los modelos se podía detectar este tono puro y dinámico, como por ejemplo en el top blanco con una flor bordada combinado con unos shorts abombados muy apropiados para cóctel, pero sobre todo en los estampados florales de sus vestidos de seda. Los dos únicos pantalones de la colección aparecían bajo una túnica de una seda floral de estampado vibrante. Triunfaron una vez más sus impecables vestidos camiseros anudados a la cintura y otro de sus básicos más imprescindibles: las camisas y blusas blancas combinadas con toda clase de prendas.

Entre sus propuestas para el día destacan las piezas rectas, también llenas de motivos florales, los cardigans de punto alargados y muy femeninos, las chaquetas cortas y las faldas cómodas. Para cóctel utiliza los shorts abullonados que dan una nueva perspectiva a los conjuntos y que combina en ocasiones con cardigans deportivos.

Pero es para la noche cuando Carolina Herrera puede dar mayor rienda suelta a su imaginación, a sus elegantes diseños. Vestidos en chiffon de seda, cinturones en forma de lazo, uno de sus detalles favoritos, formando un contraste de color como por ejemplo falda negra y cinturón coral. Entre los tejidos dominan los chiffones lacados , la organza y la gasa estampada. Y una maravilla de bordados que ofrecen su empaque a la sencillez de la línea. El brillo de las lentejuelas tampoco podía faltar. En conjunto la colección despedía un aire de ensoñación con cierto aire teatral pero a la vez con un look en el que se habían cuidado los más pequeños detalles.