CIBELES FASHION WEEK: LUJO PARA UN TIEMPO DE CRISIS
EVENTOS, marzo 2009Jesús del Pozo
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Cincuenta y cinco diseñadores han desfilado en la 49 edición de Cibeles. En medio de la espiral del “todo vale” que avasalla la moda actual las señas de identidad más destacadas en los desfiles han sido el fulgor de los tonos dorados, de las lentejuelas y de los brillos plateados. El mensaje parecía claro: ya que la crisis se nota en las ventas que no se note en las pasarelas. Y este lujo efímero ha dibujado un horizonte de ilusión más allá de la realidad. A punto de celebrar su quincuagésima edición la Pasarela se ha mostrado como la plataforma más firme con que cuenta hoy la moda española.
Diez de la mañana. Se abre el telón para las jornadas dedicadas a los diseñadores de “pro”. A pesar de lo temprano de la hora la colección de Victorio y Lucchino nos transporta a la noche. Toda la colección es una fiesta. Los distintos brillos del negro –terciopelo, saten, organza- se combinan entre si en una colección ecléctica que pone el énfasis en las hombreras y acude al oro viejo para animar al negro total. No queda nada del antiguo folklorismo de estos diseñadores sevillanos. La sobriedad estricta del desfile tampoco tiene nada que ver con los shows espectaculares que montaban en otros tiempos.El retorno violento del color vuelve de la mano de Ágatha Ruiz de la Prada que nos ha introducido en el mundo del arte con una alusión a Saint Laurent y sus vestidos Mondrian y ha puesto también en jaque a otros pintores como Pollock y Vasarely. Vestidos con acentos años 60 y las combinaciones audaces de colorido: fucsia-naranja, rosa-rojo que se atreviera a presentar por primera vez, allá en los 80, el diseñador Christian Lacroix. Formas rectas, tejidos acolchados. También el valenciano Francis Montesinos se ha inspirado en el arte y ha homenajeado a Salvador Dali poniendo su versión personal de Mae West como telón de fondo de su colección.
Jesús del Pozo se ha decantado por el clasicismo, con alguno de sus eternos toques de estética japonesa, y por unas complicadas asimetrías adornando la espalda de sus modelos. La geometría y los juegos de papiroflexia han dominado en la colección de Modesto Lomba que inició su colección con buen pie con un vestido de gasa amarillo degradado con una cascada de volantes. Ángel Schlesser nos ha dado una lección de refinamiento y buen gusto mostrando lo que deben ser los básicos de la próxima temporada: distintas versiones de la “petit robe noir”, sobrios conjuntos de falda y camisa, medias negras tupidas y una perfecta combinación de accesorios con un puesto de honor los guantes de todos los tamaños.
Una característica de la Pasarela de este año es el gran número de mujeres dentro del plantel de diseñadores de primera línea capaces de desmentir la paradoja de que la moda “es cosa de hombres”. En un lugar principal situamos a Lydia Delgado, una diseñadora catalana que ha huido de la desbandada de la moda en Barcelona. Su colección nos devolvió a la realidad de la vida mostrando al principio una serie de abrigos de franela gris y vestidos destinados a la temporada otoño-invierno que casi habamos olvidado entre la profusión de propuestas atemporales o demasiado ligeras para la nueva estación. Perfectos sus trajes largos de sedas livianas, sus golas plisadas y sus toques dorados sin abusar. Carmen March deslumbró con la riqueza y variedad de sus tejidos y pailletes y nos transportó, a ritmo de mambo, a un night Club de la Habana de los años 50.
Una colección más para admirar que para llevar fue la de Amaya Arzuaga con unos estupendos modelos de geometría muy elaborada, perfectos de linea acompañados invariablemente de leggins con lentejuelas. Kina Fernández se decantó por una moda muy urbana y ponible con abrigos de cuadros de manga acampanada, chaquetas de cuero y jerseis de rombos, algo muy de agradecer entre la profusión de modelos solo aptos para admirar, que la Pasarela prodiga. Ana Locking en su colección “Expect no miracles” acudió una vez más a su faceta cultural y vanguardista con estructuras muy marcadas de volúmenes amplios. Unos vestidos de satén rojo de cortes asimétricos dieron un toque de viveza a una colección de tonos oscuros entre los que dominaban el negro, el gris y el oro viejo.
En una reciente entrevista el diseñador Juanjo Oliva me decia hablando de Saint Laurent “Siempre me ha fascinado su sensibilidad, su aportación al arte y a la técnica. Ha sido un pilar insustituible de la moda de toda una época” Esta admiración por al gran modisto francés y en general por todo lo referente a la Alta Costura marca la trayectoria de Juanjo Oliva uno de los diseñadores jóvenes cada vez con un mayor prestigio dentro de la moda española con sus creaciones que no buscan la trangresión o la sorpresa sino un pacto con la elegancia más exquisita: creaciones esculturales en las que dominan el negro total y trajes largos y fluidos en gasa azul o violeta.
No hay duda de que el año 2009 es un año clave para el más veterano de nuestros diseñadores, Elio Berhanyer, el hombre que ha marcado con su buen hacer 50 años de moda española. Además de sus bodas de oro con la costura Elio ha tenido una extraordinaria exposición de su moda en el Museo del Traje y ha celebrado en el Cibeles su 80 cumpleaños. Su colección rozó como siempre la perfección de una Alta Costura que no admite sucedáneos. Trajes sastres perfectos, combinaciones de negro y dorado, pieles de renard negro, detalles de pasamanería y unos trajes de noche espectaculares, algunos en el más puro rojo Valentino.
Entre las muchas anécdotas de estos azarosos días del Cibeles está lo ocurrido en la colección de Juan Duyos que presentó modelos en blanco y negro, corseletes anchos, pantalones de estilo oriental y presentó también (ahí está el detalle) mocasines planos dorados, algo totalmente insólito en una pasarela dominada por unos tacones de vértigo sobre los que las modelos tenían que hacer verdaderas acrobacias para poder andar. Pero después de que los asistentes a las colecciones habiamos estado en vilo ante los tacones “suicidas” que desfilaron sin cesar , una desafortunada dirección en los focos de la luz hizo que dos de las maniquies sufrieran una caida a pesar de sus mocasines planos que seguro pasarán ahora afortunadamente a un primer plano de la moda.
La Pasarela destapó a otros muchos diseñadores. que iremos analizando más en asmoda, sobre todo cuando la moda de otoño-invierno salga de las cavernas y se disponga a saltar a la calle como una información de primera mano. Sólo decir que el ganador del Premio L´Oreal a la mejor colección se lo llevó Nicolas Vaudelet, diseñador de “El Caballo” con una colección inspirada en los bandoleros de Sierra Morena. El premio a la mejor modelo fue para la valenciana Lourdes Coteron.
Victorio y Lucchino
Ágatha Ruiz de la Prada
Ángel Schlesser
CIBELES FASHION WEEK: LUJO PARA UN TIEMPO DE CRISIS
Lydia Delgado
Amaya Arzuaga
Kina Fernández
Juanjo Oliva
Elio Berhanyer