HOMBRE: TRIUNFAN LOS “LOOKS” MONOCROMÁTICOS

Aunque en verano se diga adiós al traje y a la corbata, no hay que olvidar la elegancia casual de un atuendo equilibrado. En la moda masculina de los meses más calurosos del año, destacan las rayas y los tonos cítricos y navy, toda la gama de los blancos y crudos y los colores inspirados en la naturaleza. Pero, por encima de todo, los “looks” monocromáticos son lo último. La firma Emidio Tucci, y la colección Studio Classics para El Corte Inglés, ofrecen varias ideas de esta tendencia.

Se llevan al máximo los tonos coordinados dentro de una misma gama de colores: para el día, camisetas y polos crema o blanco combinados con bermudas a la rodilla o pantalones ligeros de pinzas en tono arena, con cinturones de fibra en tono tostado. Vaqueros oscuros con camisas sueltas y cárdigans del mismo tono. Para completar el look y parecer más formal, simplemente hay que añadir un blazer –marrón, blanco o beige-, ideal para salir a cenar o tomar una copa.

Los tejidos son cómodos y frescos, como el tricot mezclado con lino, el algodón, el denim para cazadoras y deportivas, el punto para los cárdigans y la seda para los pañuelos y foulards.

Las prendas básicas de este verano 2009 son las bermudas, acompañadas de saharianas y deportivas multibolsillos, así como las camisetas bajo jerséis ligeros de cuello en pico. Americanas claras o trench corto encima. Los tonos arena, marengo, cremas y beiges con algún toque de verde claro o azul son tendencia. Y el estilo navy siempre queda bien: las rayas en blanco y azul marino, con bermudas y pantalones, combinan con mocasines de piel, ante o loneta.

Como complementos, se llevan mucho los cinturones anchos de tela o rafia con aplicaciones y acabados de piel, trenzados o formando rayas, y las bolsas bandolera. Las gafas aviador y los mocasines -mejor que sandalias- son un valor seguro.

Sí a la comodidad sin renunciar al estilo

Para la noche es imprescindible un look más sofisticado. Esto se consigue vistiendo traje de lino con camisas y corbatas del mismo tono o, simplemente, con camisa sin corbata. Muy glamouroso queda toda la gama del antracita.

Y en las ocasiones más formales, lo mejor es recurrir a la sastrería clásica y elegante que nunca falla: trajes oscuros con corbatas de rayas anchas en diagonal, en colores vistosos: rojos, malvas, anaranjados. Las camisas, en popelín de algodón, muy frescas y ligeras, en tejido liso o con finas rayas. Los cuadros quedan relegados de momento.