ADOLFO DOMINGUEZ VUELVE A CIBELES

Entre las novedades del Cibeles de esta temporada está el regreso a la Pasarela de Adolfo Dominguez tras 10 años de ausencia. El diseñador gallego vuelve asi a la plataforma donde encontró sus éxitos en los años 80 y 90. Su frase mágica “la arruga es bella” es una de las que ha alcanzado una popularidad mayor en la moda española. Toda una generacoón se subió al carro de este slogan que ha conseguido ser universal. La Pasarela, en su 50 edición, recobra así a un diseñador que fue capaz de modificar la estética del vestir creando una moda desestructurada y en libertad que busca ante todo un ideal de belleza.

Su infancia está llena de imágenes de campo, de naturaleza. Su abuela cultivaba el lino y Adolfo la veía tejer, hilar. Toda su vida ha estado llena de lino, un tejido al que logró el milagro de implantarlo como estética... Es un hombre sencillo, tímido, que valora lo espiritual y lo inmaterial de la vida. Le encanta leer, la música, el arte, todo lo que se refiere al conocimiento... Disfruta oyendo una y otra vez “La Pasión según San Mateo" de Bach y “La flauta mágica“ de Mozart. Le encantan los cuadros de Velázquez, Rembrandt, Dalí…Vive en Galicia pero viaja por todo el mundo; tiene ciento de tiendas esparcidas por la geografía universal, fabrica muebles, perfumería, UNICA es su marca de cosmética que -como afirma Domínguez- pretende con un solo gesto: ”la sencillez, que puede captar lo complejo de la belleza”.

- Además de aquel lema seductor de “la arruga es bella” ¿Qué otro motivo ha impulsado a la gente a vestir su moda?
Creo que la mezcla de funcionalidad y sencillez con un aliento poético importante. Detrás de la sencillez puede haber aburrimiento, pero si hay aliento poético hay magia en la ropa que hacemos y en las cosas que diseñamos.

- Su estilo viaja alrededor del mundo, es aceptado y querido por un público muy variopinto. ¿A que se debe este fenómeno?
Yo pienso que cuando uno hace cosas, tiene que conectar con la gente en la misma longitud de ondas porque hoy existe una oferta brutal, y esto es un proceso consciente o inconsciente, pero es una mezcla de ambas cosas, porque el estilo de una marca se logra tanto ofreciendo como observando lo que tu clientela quiere. Los clientes están constantemente optando, desechando cosas y aceptando otras. En realidad el estilo que nos caracteriza está no sólo creado por mí, sino también por la gente, usándolas, escogiendo, comprando unas cosas sí y otras no. 

- ¿Usted es captador e intérprete de tendencias urbanas?
Por supuesto, soy ambas cosas. Es que tienes que ser así porque hoy la mayoría de la gente vive en ciudades. 

- Su firma, su estilo es como un imán que reúne a su alrededor el mundo fascinante de la cosmética, los complementos, los muebles... ¿Con cual de ellos trabaja mas a gusto?
Con todos: los muebles, las vajillas, los objetos...la verdad es que me encanta. Al final, es lo mismo hacer una chaqueta que una silla...bueno no es lo mismo, pero cualquier objeto en un espacio es bastante parecido. Sería distinto hacer música, esa es otra historia, aunque al final los objetos que nos rodean son objetos en el espacio y tienes una técnica similar para hacerlos. 

- ¿Y las fragancias?
La fragancia es una cosa tan técnica que obviamente quien la hace es Ramón Monegal que es un perfumista genial. Estas “narices” son individuos capaces de distinguir tres o cuatro mil olores. Es un oficio muy tecnificado. Ramón y yo somos muy amigos desde hace mucho tiempo y él conoce nuestra marca, a veces, mejor que yo. El, interpreta y....¿qué le transmito yo?, algo que ya tiene, ese gusto por la sencillez, lo natural y, por consiguiente usa cosas naturales para nuestra fragancias: flores, maderas, musgos, resinas....no busca tanto lo sintético sino los elementos naturales, y trabaja con ellos, lo mismo que un músico trabaja con sonidos.
 
- ¿Que busca en todo lo que produce?
La sencillez y la funcionalidad. 

- ¿Le enorgullece haber sido el precursor de la magnífica cantera de diseñadores gallegos?
A estas alturas de la vida no me enorgullece nada. En realidad en la vida hay que hacer cosas, pero....el orgullo es una sensación que tienes a los veinte años, a los cincuenta y cinco que yo tengo, el orgullo no existe. 

- Usted es un artista que ama el cine, la pintura, la música, la naturaleza....es un hombre que está seducido por lo bello. ¿Dónde encuentra la felicidad?
La belleza nos seduce a todos los seres humanos, no sólo a los artistas, aunque ellos posiblemente sean mas sensibles que otros. La felicidad radica en no tener exceso de ambiciones. La felicidad absoluta no existe, pero esos rayos de felicidad se consiguen después de los cuarenta, antes no, simplemente porque pactas con la vida y ese pactar con la vida te hace valorar las pequeñas cosas. No tanto los grandes objetivos. 

- Las tiendas macro-espacio ¿serán las tiendas de futuro de Adolfo Domínguez?
Sí, mantendremos las tiendas pequeñas porque encontrar espacios grandes en el centro de las ciudades no es fácil. Pero en cada ciudad siempre encontraremos un espacio para montar una tienda de mil, mil doscientos metros. Estos espacios grandes responden a lo último que se está haciendo en América y acogen diseños para todo los públicos: niños, chico-a, mujer, hombre, complementos, etc. Ahora nuestro principal objetivo es seguir intensificando la exportación. Tenemos previsto en los próximos dos o tres años abrir entre 200 y 300 tiendas en el exterior en modalidad de franquicia. 

- ¿Se considera Vd. más empresario que diseñador?
Soy ambas cosas. Escribir es un acto individual, pintar también, pero el mundo de la moda es una actividad industrial. Si no eres empresario no tienes nada que hacer a no ser que te busques a alguien con cabeza… Yo la tengo dividida mitad y mitad. No se me dan nada mal las técnicas empresariales y el mismo tiempo mi oficio es el de diseñador, dirijo la empresa desde el departamento de diseño. 

- ¿Y después de haber conseguido tantas retos profesionales, qué le ilusiona en la vida ?
Pues lo que le ilusiona a todo el mundo: tus hijos, el perro, la familia, las cosas corrientes de la vida. Y también, como soy empresario ocuparme de que la empresa marche y siga adelante.