PRIMAVERA EN PARIS
TENDENCIAS, noviembre 2009
Yves Saint Laurent

-
El calendario internacional ha tocado a su fin. Las Semanas de la Moda han apostado por las tendencias primavera-verano 2010. Nueva York se descolgó con 70 desfiles, Milán con 84 y Paris con 94. Paris fue una vez más “el broche de oro” de la moda y sus colecciones se situaron en lugares tan emblemáticos como la Escuela de Bellas Artes, le Palais Chaillot o les Jardins des Tuilleries. Tendencias para todos los gustos: barroquismo, pop-art, detalles bucólicos, influencia oriental. Una moda en la que hay de todo y para todos.
UN ESTILO CAMPESTREKarl Lagerfeld, el incombustible diseñador de Chanel, llevó su inspiración hacia motivos campestres, y a los ambientes frecuentados por Maria Antonieta en su pabellón del Palacio de Versalles. Sobre una decoración simulando una granja con flores, plantas y farolillos presentó un alarde de colores tostados, encajes y faldas cortas aupadas con criolinas. Otro diseñador, Chloé, se dejó contagiar por el aire naturista presentando faldas largas y ondulantes en tonos caqui y minerales.
Tambien participó de la pasión naturalista Stefano Pilati, el artifice actual de la firma Saint Laurent con trajes de algodón blanco, abullonados y blusas “campesinas” que recordaban el Saint Laurent de los 70 inlcuso con el detalle de las fresas bordadas. Stella MacCartney se apuntó discretamente a esta tendencia con faldas vaqueras y blusas blancas
BARROQUISMO A LA CARTA
Aunque varios temas de John Galliano coincidían con los que presentó para Dior con su inspiración en las divas del cine mudo y que tenían el “trench” como gran protagonista, en su colección propia se inclinó por los modelos de encaje, chaquetillas de chiffon, volantes flores de plástico, mezclas barrocas, todo con una puesta en escena espectacular con globos y un rayo laser rojo que recorría la pasarela.
Los directivos de Valentino se lanzaron también por el barroquismo, con dominio de fluidas organzas y vestidos pétalo y Victor and Rolf apostaron por los volúmenes en los vestidos con faldas con metros y metros de tul que recordaban los trajes de puesta de largo de los años 50. Drapeados, volantes y tonos suaves con algunos destellos de neon
MINIMALSMO Y POP ART
Para las que estén ya saturadas de volantes y encajes y quieran otros aires para la próxima primavera, pueden acudir a los dibujos geométricos en blanco y negro de Givenchy de inspiración pop-art y con destellos de grafismo árabe. Una lección de geometria y estampados psicodélicos que nos vuelven a la estética de los años 60.
Dentro de la tendencia pop-art se puede situar al diseñador japonés Junya Watanabe centrado en la mezcla de blanco y negro con profusión de cuadros dama y pata de gallo en vestidos de formas amplias y abullonadas.
Lagerfeld, para su propia firma, acude también al contraste del blanco y el negro con vestidos de aire futurista.
LOS INDESTRUCTIBLES
El negro total sigue prolongando en la primavera y hasta en el verano su triunfo del invierno. Lanvin lo reedita en sus “petites robes noirs” totalmente intemporales, solo con el detalle actual de los volantes en el escote y algunas asimetrias. Loewe muestra su virtuosismo en el tratado de la piel y su adaptación al verano con napas extrafinas y cueros muy trabajados en un urban-chic de muy buen tono. También acudió al clasicismo y flexibilidad de la napa, Balenciaga con trajes ajustados, leggins y botines con tacones altísimos.
Otra firma con amplia trayectoria y solera, Balmain, se inclinó por los pantalones estrechos, las telas brillantes el latex, las pailletes y el lamé dorado. Una demostración de riqueza que contrastaba con el tono “mísero” de algunos modelos de la colección que no solamente presentaban rotos y agujeros en los pantalones, sino también en las blusas y los tops y en el bajo de unas faldas fatalmente recortadas. En fin que hubo de todo como en la viña del Señor…

Chanel

Valentino

Balmain
PRIMAVERA EN PARIS

Loewe

Balenciaga