REBAJAS Y COMPRADORAS COMPULSIVAS
OPINIÓN, febrero 2011

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Un estudio de la Consultora RMG & Asociados para definir el perfil del consumidor del siglo XXl hace especial hincapié en los compradores compulsivos. Destaca que lo son el 66% y que el 77% de ellos son mujeres. Por supuesto que todos compran en las rebajas y son los que más se dejan influir por las ofertas, los descuentos y su estado de animo a la hora de comprar ¿Es que las rebajas generan compradores compulsivos? No es este el caso pero si que en medio de ellas se encuentran como pez en el agua
A pesar de la compulsividad, el 36% de los encuestados en el estudio considera que las rebajas son un modo de dar salida a los stocks no vendidos y que en épocas especialmente de crisis, como la vigente en España, hay que sacarlos como sea… No es ningún secreto que las rebajas tienen gente a favor y en contra. Hay a quienes les encanta esta época y otros a quienes les aterroriza. Los compradores “compulsivos” están siempre entre los primeros.En Estados Unidos definen al comprador compulsivo o “shopaholic” como “el arte de comprar lo que no se necesita con el dinero que no se tiene”. Todos debemos confesarnos que hemos sido protagonistas alguna vez de compras innecesarias y que en nuestros armarios a lo mejor hay alguna blusa que no estrenamos o cachivaches que ni siquiera sabemos muy bien como utilizarlos. Está comprobado que la acumulación de ropa, perfumes y complementos es más propio de las mujeres y que ellos tienden más bien a los aparatos eléctricos, música y accesorios para el coche. De cada diez compradores compulsivos nueve son del género femenino y la ropa y todo lo relacionado con la moda es su principal objeto de deseo.
¿Qué personas son las más predispuestas a convertirse en compradores compulsivos? Los psicólogos identifican dos factores de predisposición. El primero y más importante es que las familias tengan un sistema de valores materialistas, con tendencia a consentir los caprichos de sus hijos que los hacen más vulnerables a este padecimiento. Otro es que sean personas con un ideal muy alto de si mismos que difícilmente consiguen alcanzar. La compra convulsiva, ya como una verdadera adicción, tiene que ver con la autoestima ya que se busca un efecto beneficioso en las compras olvidando que el bienestar será efímero y que cualquier dificultad personal debe solucionarse desde el interior.
Para prevenir esta adicción es fundamental revisar y rescatar los valores personales y dar prioridad al “ser” sobre el “tener”. Aceptarse a si mismo con cualidades y defectos incluidos y ponerse metas realistas y cortas que eviten la frustración de no verlas realizadas. Estas metas, al lograrlas, generan una autoestima más sana y una percepción más real de uno mismo y de las propias necesidades.
Todo esto nos pone frente a una palabra en desuso, pero muy interesante, que es la austeridad, que el diccionario nos define como “la mortificación de los sentidos y de las pasiones” y que va en contra del consumismo exacerbado por un marketing agresivo que se alimenta de compradores convulsivos que caen en sus trampas. Pero ¡cuidado! no va en contra de una forma de entender las compras sensatas y prudentes como una forma de apuntalar la economía propia y de la familia.
Aceptemos la parte positiva de las rebajas y todo lo que ofrece el mercado, pero se impone no perder el control de nosotros mismos y también influir en el ambiente materialista tan generalizado siendo optimistas y racionales y aceptando un modo de vivir donde el “ser” no es el “tener” sino encontrarse a si mismo y buscar el sentido de la vida.



REBAJAS Y COMPRADORAS COMPULSIVAS
