JESUS DEL POZO: ADIOS A UN GRAN DISEÑADOR
ENTREVISTA, septiembre 2011
Jesús del Pozo

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La noticia conmocionó al mundo de la moda. El pasado 13 de agosto moría Jesús del Pozo, uno de los grandes del diseño, una leyenda viva de la moda española más creativa y con mayor proyección internacional. Elemento clave de la “movida madrileña”, había recibido infinidad de premios, entre ellos la medalla de Oro al Merito de las Bellas Artes. Fue también el primer presidente de la Asociación de Creadores de la Moda de España. Como un pequeño homenaje a su memoria reproducimos hoy una entrevista del diseñador concedida a la directora de Asmoda en la que nos cuenta su trayectoria profesional y sus ideas sobre la moda.
-¿Como entró en el mundo de la moda en el que los caminos no son fáciles?-Empecé por unos caminos totalmente distintos, estudiando Ingeniería Industrial y lo abandoné para estudiar Arquitectura Interior. Yo notaba que la ropa de hombre -estamos hablando del año 74- era tremendamente aburrida y por eso me hacía toda la ropa a medida: las camisas, los trajes. La gente con frecuencia me preguntaba: ¿dónde te han hecho esto? o ¿dónde te los has comprado? Entonces decidí abrir una tienda que ofreciera exactamente el tipo de ropa que yo me hacía. No tenía mayor aspiración que tener una tienda que hiciera ropa bonita. Después fue como una bola de nieve que se fue agrandando.
-¿Cuándo presentó su primera colección?
-En febrero del 76 presenté mi primera colección para la Cámara de la Moda española y decidieron después presentar mi colección de hombre en París. Allí vi que tenía éxito dentro de un tipo de gente muy especial, muy elitista, que surgía controversia y todo esto me dio fuerzas para seguir luchando.
-¿Y como pasó a hacer ropa de mujer?
-Aunque vendía ropa de hombre entraban en la tienda muchas mujeres a comprarse mis diseños, entonces llegó un momento en el que tenía muchos encargos específicos para mujeres y decidí dejar la ropa de hombre y hacerla para ellas.
-A pesar de sus largos años en el oficio… ¿se siente seguro a la hora de crear o le asaltan todavía las dudas?
-Después de tantos años siento todos los días el terror del papel en blanco. Es algo a lo que no me he acostumbrado, pero no me asusta el riesgo. Me la juego en cada colección. Yo no sé ir a lo seguro ni en mi vida ni en mi trabajo, por eso mis colecciones tocan la fibra sensible de la gente. Soy radicalmente visceral. Nací así y los seré toda mi vida.
-Creo que en una ocasión le propusieron ir a Nueva York con la posibilidad de dar el gran salto ¿Por qué no aceptó el reto?
-Sí, una empresa me propuso montarme en Nueva York y lanzar mi nombre. Entonces algunas revistas americanas como “Women´s Wear Daily” hablaban de mí. Pude aprovechar el filón pero no acepté. Me hubiese encantado crear una marca de renombre mundial pero esto significaba tener que alejarme de mi familia y de mis amigos. Si hubiera ido habría conseguido una serie de cosas que no he alcanzado, pero me he sentido siempre muy libre y me he podido manejar a mi estilo.
-Vd. ha hecho ropa muy creativa, pero en estos últimos años se aprecia un decantamiento por un estilo más comercial. ¿A qué se debe este giro?
-Creo que es muy importante en cada momento saber qué es lo que estás haciendo y qué es lo que tienes que conseguir. Cada cosa tiene su magia y su dificultad y todo es bonito. He hecho cosas comerciales, uniformes funcionales y he ganado concursos importantes, y al mismo tiempo he presentado colecciones de costura imponibles. Yo he necesitado a lo largo de mi carrera hacer de todo. Que no me quiten esta parte de investigación, de pintura, de ensayo. Pero junto a todo esto puedo hacer el punto más funcional.
-¿Pero no cree que la comercialidad resta creatividad?
Hay modas comerciales creativas y modas comerciales no creativas. Hay gente que hace moda comercial con creatividad, con investigación y con una buena línea y gente que hace simplemente confección y esto es otra historia.
-¿Ha cambiado el concepto de diseñador desde los 70, cuando Vd. empezó, hasta hoy? Antes sólo triunfaban los perfeccionistas con el diseño ¿sigue creyendo en el poder del diseño puro?
-Yo no creo en otra cosa, porque esto es lo que sé hacer. Los diseñadores lo que debemos hacer es rodearnos de un buen equipo y yo he tenido gente fantástica a mi alrededor. Te tienes que rodear de personas que entiendan el marketing. Lo mío es hacer colecciones, investigar, elaborar. No sé copiar y conste que me gustaría pero no me sale. Hago lo que me sale, como me sale la letra o la forma de hablar. Es muy coherente mi forma de trabajar con mi forma de vivir, de estar con mi familia, con mis amigos. Todo se aúna en una filosofía de la vida. He hecho diseños de muebles que están sujetos a una misma línea de diseño que la ropa de mujer, los trajes de novia o los vasos. Todo está de alguna manera bajo el mismo prisma.
-Cuando diseña ¿piensa que hace algo único?
-No, yo no pretendo nada. Sólo hago lo que me gusta y punto. No soy el más indicado para juzgar lo que estoy haciendo. Cuando hago un uniforme pretendo que sea funcional pero que sea bonito, cuando es una ópera lo que pretendo es que salgan imágenes fantásticas… y después, si es arte o no es arte, si es mejor o peor, no me corresponde decirlo a mí, sino a los demás, al público al que va dirigido.
-¿Qué opina sobre el empleo de los tejidos tecnológicos que tanto se prodigan actualmente?
-Creo que significan un paso importante. Considero, sin embargo, que debemos rescatar los tejidos naturales y aportar sólo lo nuevo que valga la pena.
-Vd. es un gran admirador de Balenciaga. ¿Cómo cree que hubiera aceptado el reto de las nuevas tecnologías?
-Balenciaga era un genio, por eso creo que hubiera podido hacer maravillas ahora, igual que las hacía en su momento. Pero aún así investigó mucho, muchísimo sobre las sedas artificiales. Balenciaga las trabajó como nadie, incluso apoyó muchísimo la industria textil de su época, la de los 50 y los 60. Todos los materiales que también fueron fruto de la revolución tecnológica de su época los utilizó y habría utilizado hoy estos con la misma maestría.
-¿Cuál es el balance de estos últimos años en el mundo de la moda?
-Ha habido de todo, como en la viña del Señor. Ha habido años estupendos, temporadas fantásticas y hemos tenido tropiezos. Cuando yo empecé hablabas de diseño y la gente no sabía muy bien lo que era. Creo que en estos últimos años se han conseguido cosas muy importantes, se ha concienciado al pueblo español y hay una cultura de la moda que hace unos años no existía.



JESUS DEL POZO: ADIOS A UN GRAN DISEÑADOR


