LO MEJOR DE LA EXPOSICIÓN YVES SAINT LAURENT
CULTURA, noviembre 2011
Vestido de noche

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La Fundación MAPFRE ha acogido en Madrid la exposición de Yves Saint Laurent (YSL), un diseñador que ha vestido a la mujer y a toda una época. Un diseñador que, al igual que Coco Chanel, pensaba en la mujer moderna y activa que viaja, pasea, va a trabajar o a la compra... y necesita vestir con elegancia y comodidad al mismo tiempo. Un diseñador que se interesó no tanto por la tendencia como por el estilo, porque al decir de los clásicos: “el estilo es el hombre” o lo que es lo mismo, la mujer.
La exposición Saint Laurent, que permanecerá abierta hasta el 8 de enero del 2012, idéntica básicamente a la que se mostró en París la pasada temporada, se ha articulado como una retrospectiva del diseñador estilista francés para dar cuenta del recorrido de una vida creativa, que va desde sus inicios en Christian Dior con ecos de “new look” hasta su última colección en 2002, pasando por su “abucheada” colección de 1971.Un planteamiento afortunado que incluye también los dibujos, idea germinal de su trabajo, junto a las muestras de colores y textiles para llevar a cabo los vestidos definitivos, así como las pruebas o “maquetas” de las piezas –trajes y sombreros- para comprobar que funcionaban como arquetipos del volumen y caída de las telas.
No se ha buscado sólo el resultado final y vistoso de los grandes vestidos de noche, ni tan siquiera la presencia de los trajes más emblemáticos de Yves Saint Laurent, como son su esmóquines, saharianas, monos y túnicas que, por supuesto están, sino que se ha querido ir más allá para darnos idea del proceso inicial, desde su despacho con el mobiliario y adminículos correspondientes, como las gafas, por ejemplo, hasta la pieza de glamour que le hacía salir en las fotografías y revistas.
La moda no nace para estar en los museos, aunque los museos acojan parte de ella bajo su espacio. La moda –insiste Pierre Berger, socio de YSL- se crea para ser llevada por una mujer y eso se percibe con claridad al recorrer esta exposición y comprobar el traje expuesto y el video donde una mujer se mueve con ese mismo traje en la pasarela. La moda es para ser llevada por un cuerpo vivo, que le da sentido y configura su origen y filosofía, pensamiento del que participó YSL.
La belleza útil del traje YSL
El traje, fuera del cuerpo de una mujer, está muerto y se convierte en un posible fondo olvidado de armario y, por ende, en objeto museable. Los guiños de YSL a los artistas lo ponen aún más en evidencia. Los ecos de Mondrian o de Picasso se hacen ornamentación en la forma necesariamente antropomórfica del vestido.
Moda y moderno tienen el mismo origen etimológico. La filosofía de la modernidad en el arte nació con la idea de llevar los parámetros del arte a la vida cotidiana. La Bauhaus hablaba de la “belleza útil” (artes decorativas), es decir del diseño creativo desde la taza del desayuno hasta la camisa de noche. YSL participa de esa idea de modernidad, piensa y siente con la mujer y se hace su aliado, frente a otros creadores que olvidan la silueta femenina y sus necesidades como mujer del siglo XX y XXI.
Pasear con atención por la exposición de YSL en Madrid es un deleite que lleva a la reflexión sobre la moda y su caducidad, sobre el paso del tiempo, sobre la filosofía de un creador que no busca esculturas o armaduras en la ropa, como Roberto Capucci, sino diseños hermosos y “ponibles” para una mujer que tiene las mismas necesidades sociales y laborales que el hombre. YSL también tenía su punto exhibicionista, como lo muestran las fotografías expuesta de sus desnudos, pero no cargó las tintas sobre esto en su moda. No disfrazaba a la mujer sino que la ayudaba a ser más atractiva. YSL tampoco olvidó la feminidad de la mujer. Sus trajes pantalón y sus esmóquines siempre tenían un punto de dama, sin hacer travestismo de ella.
No tuvo una musa, aunque Catherine Deneuve encaja precisamente dentro de su filosofía y estilo. No falta la fantasía y el toque sofisticado en los momentos en que una mujer se lo puede permitir, como es la gran fiesta nocturna o el cine, pero el diseñador francés supo trabajar para la mujer cotidiana con la alta costura que informaba de cerca su línea “rive gauche” del pret-a-porter.
El color, bebido a grandes sorbos de Marruecos, su tierra natal, y la fuente del vestido etnográfico de África y Oriente, tiene su apartado en la muestra expuesta. La exposición da buena cuenta de ello.
En suma una exposición para dedicarle al menos dos horas para poder disfrutar y pensar toda la comunicación y filosofía que entraña. Un total de 150 modelos que hablan de 40 años de un diseñador francés que ha sido clave en el periodo en el que estuvo activo y que ha dejado una estela positiva en el campo de la moda femenina.

Famoso vestido "mondrián"

YSL en los años 70

Conjunto de torero
LO MEJOR DE LA EXPOSICIÓN YVES SAINT LAURENT

Vestido de cóctel