LOS PANTALONES VAQUEROS: 350 AÑOS DE UN MITO
CULTURA, enero 2013
El maestro del blue jean

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“Los vaqueros: 350 años”. Es el título de una asombrosa exposición que presenta el Museo Central de Utrecht (en Holanda) y que permanecerá abierta hasta el 10 de marzo de 2013 para rendir homenaje a uno de los líderes más adorados y usados por los jóvenes –y no sólo por ellos- gracias a su extraordinaria versatilidad. La muestra se desarrolla entre las creaciones refinadas de Chanel y las propuestas mucho más informales de Levi’s, la alegría de Jean Paul Gaultier y la sofisticación de Yves Saint Laurent. Fue este último diseñador el que definió a los pantalones vaqueros como indumentaria de los “caracteres fuertes”, un concentrado de esplendor y de modestia, de vida excesiva y sencilla al mismo tiempo.
Han pasado al menos 150 años desde que, en San Francisco, Levi Strauss comenzó a usar la tela azul para confeccionar pantalones de trabajo, ignorando que aquellos ásperos pantalones estaban destinados a convertirse en el icono de la contemporaneidad e iban a conquistar el mundo.Pero ¿cuándo fueron realmente creados los vaqueros? Y ¿por quién? La respuesta ha llegado recientemente de la mano del mundo del arte, tras el descubrimiento de un pintor anónimo del siglo XVI, que trabajó en Lombardía y el Véneto, apodado el “maestro de los pantalones vaqueros”. El autor del descubrimiento ha sido Mauricio Canesso, un conocido anticuario de París, que en 2004 adquirió en una subasta neoyorquina un cuadro del maestro de los pantalones vaqueros, del que ya había identificado una copia en el Varesotto, en Italia.
El galerista consiguió hacerse con otra pintura del mismo artista y organizar una muestra ad hoc. Fue así cómo, en la Bienal de los anticuarios de París de 2010, la Galería Canesso –propietaria de siete de las diez obras en circulación de este maestro- puso en escena una exposición de gran resonancia internacional íntegramente dedicada al maestro de la tela vaquera, personaje del cual todavía no se sabe nada salvo que sus cuadros retratan campesinos, mendigos y pobres diablos vestidos de andrajos de color azul, en cuya urdimbre, compuesta por hilos blancos, aparece la estructura típica del paño genovés o la tela del actual pantalón vaquero.
Origen del denim
Los historiadores elaboraron una hipótesis sobre el origen de los vaqueros: habría sido o un tejido producido en Nimes, Francia –de cuyo nombre podría derivarse denim- o bien el fustán, tejido fuerte de lana o algodón, típico de Génova –Genes en francés, Geanes en inglés, de donde provendría la palabra jeans- y fabricado en menor cantidad también en Milán. Tan sólo existían documentos fragmentados que atestiguaran las expediciones que, a mediados del siglo XVII, habrían llevado los tejidos de Génova hacia Europa septentrional y, en particular, a Inglaterra.
Según los informes de un sastre inglés, el tejido que utilizaba provino directamente de Génova. Esto sugiere que ya en el siglo XVII se usaban los pantalones vaqueros en Italia, especialmente las clases proletarias, ya que la tela resultaba muy resistente y duradera. Nada que ver, por tanto, con lo narrado por las películas “Gioventù bruciata” y “Easy Driver”: ¡Los pantalones vaqueros poco tienen que ver con el espíritu de aventura de las barras y estrellas y mucho con la fatiga de los trabajadores manuales más humildes!
El pintor de los vaqueros
En la muestra del Museo Central en Holanda no podía faltar alguna de las pinturas del maestro de los vaqueros azules, además de otras “golosinas” para los apasionados del arte, como por ejemplo la estatua que representa a un hombre y a un muchacho con pantalones azules, proveniente de la colección Catharijneconvent de Utrecht.
Con respecto al maestro anónimo de la tela vaquera, podemos añadir algunos detalles más. Se trata de un pintor que sigue a Caravaggio, interesados ambos en representar la realidad y, en este caso, de la humanidad más miserable y desaliñada, observándola siempre con ojos respetuosos a la dignidad de cada ser humano. Esta sensibilidad se infiere especialmente en los retratos de niños obligados a mendigar, vestidos con harapos, a menudo dolientes, cansados, dañados por deficiencias tanto en el cuerpo como en el alma. Sus pinturas, en algunos aspectos, se han comparado con las de grandes artistas como el español Velázquez o el francés George de La Tour. En sus obras aparece constantemente el mismo tejido color índigo, cosido con hilo blanco, cuyos detalles revelan una textura espesa, ya sea sobre las chaquetas de los campesinos, ya sea en los andrajos de los jóvenes mendigos y también sobre las faldas medio desgarradas de las mujeres.
La exposición dedica un espacio muy amplio a la creatividad, con un taller de pantalones vaqueros, donde los visitantes pueden divertirse diseñando su propio modelo.

Colección de Utrecht

El popular vaquero

Vaqueros todoterreno
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