ENRIQUE LOEWE, PREMIO A LA EXCELENCIA Y CULTURA DE LA MODA
ENTREVISTA, Abril 2013
Enrique Loewe

El ministro Wert le entrega el premio
Se ha jubilado tras 50 años dedicado a la firma familiar, la mítica compañía de complementos de lujo que es sinónimo de distinción, buen gusto y trabajo bien hecho. Después de ejercer varios años como presidente y director ejecutivo de productos, Enrique Loewe creó en 1988 la Fundación Loewe dedicada a la promoción artística de la poesía, de la danza y sobre todo apoyando los aspectos culturales del diseño y el arte entroncados con la moda.
En el Museo del Traje, organizado por la Universidad Politécnica, se ha rendido un entrañable homenaje a Enrique Loewe por su labor cultural y profesional al frente de la Fundación en el que han participado un gran número de personajes representativos del mundo de la moda y la cultura. En el curso del mismo el Ministro de Educación, Cultura y Deporte José Ignacio Wert, le entregó el “Premio a la Excelencia y la Cultura de la Moda”. Su retirada ha coincidido con sus 25 años al frente de la Fundación “He elegido este año-dice-porque los números tienen su magia y se cumplen 25 años de la Fundación Loewe”. Pero la continuidad está asegurada. Su hija Sheila le ha sucedido en el cargo y la Fundación seguirá así vinculada al nombre familiar de la firma. Enrique Loewe ha hablado para nuestra revista de su visión personal sobre la moda y su influencia en la sociedad.¿Qué significa la moda en el mundo de hoy?
La moda es un fenómeno desde el punto de vista sociológico con una enorme carga de cultura, de belleza, de capacidad de expresión. Si alguien quiere ver la moda desde el punto de vista de la frivolidad, apenas la está vislumbrando, es como centrarse en el pelo de una ceja y no ver el ojo entero. Creo que la moda denota algo más: quienes somos, a donde vamos y que hacemos en este pobre planeta azul tirando ya a gris.
¿Es la moda una prolongación de la personalidad?
Sin duda. Los que hacemos uso de la moda lo hacemos como un sistema de autoafirmación, de relación con los demás, de personalización de ambiciones, de ilusiones, de valores. La moda siempre fue un espejo de la sociedad en un momento determinado. Si alguien dentro de doscientos años quisiera analizar la sociedad de este momento, el mejor método sería estudiar la moda, mucho más que los monumentos. ¿Cómo era la gente? ¿Cómo se vestía? ¿Cómo se comportaba? ¿Cómo vivía y decoraba su casa? ¿Qué valoraba? ¿Qué era el lujo en este momento?¿Qué, la calidad de vida? Toda una temática muy profunda. Lo de menos es un desfile cualquiera en una pasarela cualquiera. La moda es una manifestación externa de un fenómeno interno, mucho más profundo y más interesante, relacionado con el comportamiento y los valores.
¿Son las pasarelas un montaje mediático?
En la sociedad actual todo funciona a través de la imagen, de los medios. Ahora un desfile no es como en la época de Christian Dior y de los grandes de la moda francesa, que lo que veías después lo encontrabas en la tienda. Las pasarelas de hoy son una tarjeta de presentación de un diseñador, de una marca. Y es que para llamar la atención de la prensa en medio de cientos de marcas hay que impactar, sorprender, constituirte en noticia, y esto muchas veces no tiene nada que ver con la oferta de las tiendas.
La moda ¿ha perdido el norte?
El norte no lo pierde la moda, lo pierden las personas. Vivimos en una época bastante “desnortada”, compleja, nueva, donde los valores se han perdido, donde predomina el pensamiento light, cosas de lo que no debemos sentirnos muy orgullosos.
La moda ¿nos ha hecho perder feminidad a las mujeres?
Por la moda la mujer no ha perdido nada. La moda es un resultado, es la suma de todas estas circunstancias que hemos mencionado. Creo que la pérdida de la feminidad, si la ha habido, ha venido por unos cambios sociales que han propiciado otro tipo de mujer con otros valores, que se quiere igualar al hombre en todos los aspectos. Ahora asistimos a la tendencia de que las mujeres se masculinizan y los hombres se feminizan. Pero eso ha ocurrido ya en otras sociedades y en otras épocas: en Grecia, en Roma, durante la Revolución Francesa… Forma parte de esta tragedia cíclica que es la vida. No sé si esto es bueno o malo, porque creo que estamos destinados a cambiar siempre.
¿Se puede vivir sin la moda?
La moda es algo en constante movimiento, difícil de conocer, de entender. Mientras tengamos que vestirnos, relacionarnos, presumir, amar ¡vivir! la moda es necesaria. Te hace posicionarte en un grupo o en otro: una de las grandes modas por ejemplo, es no seguir ninguna moda, ir por libre. Pero mientras exista el mundo habrá moda.
Y ¿cómo se puede conseguir que la moda esté al servicio de la persona y no que la esclavice?
Estar esclavizados por la moda indica un alto grado de vacio personal. No se debe estar esclavizado por nada, y eso se consigue teniendo personalidad, adquiriendo cultura, una visión del mundo, una jerarquía de valores, unas aspiraciones en la vida. Si uno es un tarugo, evidentemente cualquier mariposa lo distraerá.
¿Qué aconseja a los jóvenes diseñadores y a los estudiantes de diseño?
Que se formen bien y adquieran una amplia cultura. Sin cultura, sin inquietudes, sin conocimientos de idiomas. Sin estar al tanto rara vez saldrá un buen diseñador, y sí un ignorante que piense que la pólvora la ha inventado él. Por eso animo a desarrollar los aspectos culturales, artísticos y estéticos de la moda, que se necesitan hoy como agua de mayo.

Con su hija Sheila

ENRIQUE LOEWE, PREMIO A LA EXCELENCIA Y CULTURA DE LA MODA